- Y entonces no son víctimas, son verdugos.
- No se lo van a creer, pero también hay mujeres perversas.
- Lo primero que hay que decir de la prostitución es que está muy mal.
- Por parte de quien la ejerce, de quien la contrata y de quien la explota. Pero mal en todos los casos.
- La Iglesia debe ayudar a las coimas a salir del infierno.
- No repartir condones para dejarlas en el infierno.
- A la gente, de vez en cuando, hay que tener la valentía de decirle que lo que hace está mal hecho.
Reportaje televisivo sobre el duro mundo de la prostitución, allá abajo,
en las cloacas de la humanidad. Creo que no necesito especificarles la tendencia del mismo: las coimas son buenas,
los malos son los traficantes hombres y los hombres clientes.
Nuestra experta, que por pura casualidad es de Cáritas, nos asegura que la mayoría "
no han elegido esa vida porque la voluntariedad no es objetiva". Pues, oiga, si la voluntad no es objetiva
no sé yo si vamos a encontrar objetividad en sitio alguno. Mire usted, señora:
hay putas que lo son porque quieren serlo. No lo digo yo, lo vocean ellas en televisión.
Más: se hacen prostitutas "
porque tienen que alimentar a su familia y entonces empiezan a emigrar por el camino de la prostitución". A ver si lo he entendido. Se hacen emigrantes prostitutas. Puestos a emigrar para sostener a la familia,
podrían meterse a barrer las calles.
Naturalmente, son víctimas de trata, de los proxenetas. Es más, nuestra experta no tiene problemas en reconocernos que tampoco las que ejercen la prostitución de forma voluntaria
han tenido un pasado de trata, lo cual, al parecer, les justifica. Ya saben: el hombre es un animal de costumbres,
incluidas las costumbres animales.
No se me pierdan. Hasta ahora lo único que no he oído es que la prostitución es algo intrínsicamente malo.
Y la experta es de Cáritas, señores.
A todo esto, ¿qué hace nuestra experta por las prostitutas? ¿Convencerlas de que abandonen ese infierno y su degradada condición? ¿Ayudarlas a encontrar trabajo y a liberarse? Pues
supongo que sí pero no nos informó de eso. Lo que nos dijo es que repartían profilácticos -vulgo condones- lo que sin duda colabora a vivir el sexo desde una perspectiva cristiana.
Importante:
también se nos aclaró que no se puede forzar a nadie a abandonar esa vida: tiene que salir de ellas mismas. Sí, eso ya nos lo imaginábamos. Toda decisión moral se basa en la libertad, pero, a lo mejor,
si le propusieran una alternativa y, además, le animaran a ello, a lo mejor les ayudaba. Vamos digo yo.
Luego nos indicó que la prostitución creaba un estigma, que por ello
algunas mujeres la practicaban en secreto, a escondidas de tu familia. No, si te parece, meterse a coima es un modelo digno de honor y medalla. No es que estigmatice, es que destroza y degrada, como cualquier pecado y como cualquier inmoralidad.
Concluyendo:
- Desgraciadamente, insisto, hay putas que lo son porque quieren serlo.
- Y entonces no son víctimas, son verdugos.
- Y es que, no se lo van a creer, pero también hay mujeres perversas.
Y por cierto, presentar a la mujer que vende su cuerpo como una eterna víctima sólo ayuda a que
el número de prostitutas aumente. A la gente, de vez en cuando, hay que tener la valentía de decirle que lo que hace está mal hecho.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com