Jueves 9 de mayo, Día de Europa. La crisis de Europa comenzó cuando Enrique Barón dijo esto: “Se puede decir todo, pero hay cosas que no se pueden decir”. Esto es, libertad vigilada para todo lo que no sea políticamente correcto.
No estaba hablando de terrorismo, sino del filósofo católico Rocco Buttiglione, a quien se vetó para la Vicepresidencia.
Los europeos se desilusionan con el proyecto de unión cuando dejan de saber quiénes son y para qué sirve Bruselas
Es decir, se refería a uno de los grandes filósofos europeos… que no pudo acceder al cargo de vicepresidente de la Comisión Europea, por estar en contra de la homosexualidad, No, no he dicho por perseguir homosexuales, ni por privarles de ninguna de sus posibilidades: simplemente, le parecía a Rocco Buttiglione que la masculinidad y la feminidad son dos cosas formidables aunque, como buen católico, era capaz de “odiar el pecado y amar al pecador”.
¿Podía permitirse? No, fue condenado por progresistas bienpensantes como don Enrique Barón y, por el capitalista de derechas, Durao Barroso, en cuanto empezó a cosechar las primeras críticas progre-frivolonas.
Porque la Unión Europea, o retorna a Cristo o no será
Y así llegamos al ilustrado eurócrata Joaquín Almunia, ex vicepresidente de la Comisión Europea quien asegura en un artículo que los populismos pueden terminar con Europa. ¡Anda ya! La Unión Europa naufraga porque descreídos cínicos como Almunia creen que los intereses económicos pueden crear una nación.
El populismo no es la causa deleuroescepticismo: es la consecuencia.
Los europeos se desilusionan con la UE, y algunos se van hacia el populismo antisistema, cuando dejan de saber quiénes son. Y Europa es hija del Cristianismo.
Se lo diré de otra forma: la Unión Europea, o retorna a Cristo o nos vamos al garete. También, porque el hombre puede olvidarlo todo menos a sus propios orígenes.
Hoy, 9 de mayo, es el día de Europa.