Un majadero hace prácticas de tiro con una escopeta contra blancos con fotografías de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Pablo Echenique, Grande-Marlaska y otros apóstoles del amor, empeñados en la lucha con los delitos de odio. Utilísimos delitos, oiga.
Todo esto es una pantomima: disparar a una foto de Pedro Sánchez no es odio, es chabacanería y hacerse la víctima por ello, hablando de “seudocomandos” y “amenazas de muerte”, es una horterada.
Pablo Iglesias un hombre valiente y arrojado, no ha perdido la oportundiadi de presentarse ante la opinión pública como un personaje perseguido que, no obstante, seguirá lcuhando por los menesterosos sin dejarse acobardar por esos peligrosos terrorista armados.
Y eso que en estos momentos, Iglesias es uno de los españoles más protegidos y con mejor escolta.
Cuando los progres se hacen víctimas es porque aspiran a verdugos
Pero ya saben, lo que se dice de valentones como don Pablo Iglesias Turrión:
Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.
En el caso de don Pablo, sobre todo, incontinente. Pero cuidado: cuando los progres se hacen víctimas es porque aspiran a verdugos. A verdugos, que no a soldados. Porque ahora que lo pienso, tengo en la memoria (Madrid, Bolonia, 15-M) intervenciones de Pablo Iglesias bramando contra la policía que ha disuelto una manifestación, y también otras galvanizando a las masas para que se enfrenten a los fascistas, incluso un tercera animando a perseguir a los fachas… pero no guardo recuerdo de ninguna imagen suya donde aparezca el propio Iglesias enfrentándose a los antidisturbios.
Está claro que hablamos de un líder revolucionario -y un intelectual- pero la valentía física no es su fuerte.
Lo ya dicho: un gran matón y un gran cobarde.
Y ojo, porque cuando los progres se hacen víctimas es porque aspiran a verdugos.