Inventar, lo que se dice inventar, el hombre no inventa nada: el hombre no crea, copia. Lo que el hombre sí puede hacer es descubrir las maravillas que le han sido dadas.
La melancolía reinante tiene mucho que ver con este orgullo tonto de la creatividad. No existe la creatividad en el hombre, pero sí el descubrimiento agradecido de las maravillas que le han sido otorgadas. El hombre no inventa nada: descubre. Y cuando pretende inventar o crear se hunde en la melancolía.
Recuerden: la primera forma de pensamiento es el agradecimiento.
Y si se erige en creador acaba en la melancolía
Y así, por ejemplo, los gastos en I+D+i, considerados la clave de todo el entramado, que son importantes, en serio, deben concretar qué aportan al bien común, porque es la única forma de decidir, con un mínimo de ecuanimidad, cuántos fondos hay que aportar.
Pero la parte no pecuniaria es más importante: el hombre no inventa, sólo descubre. Aunque no se trata de Investigación, Desarrollo e innovación. El hombre no crea ni inventa, en tal caso desarrolla o descubre lo que Dios creó.