• En 2016 la facturación creció un 4,5%; en 2017 caerá entre un 15 y un 20%.
  • Y es que sin reformas educativas y sin nuevas materias, no hay manera de renovar el parque.
  • El asunto afectará de lleno a Santillana, del grupo PRISA, que Cebrián no logra vender.
  • Y es que Cebrián no sabe utilizar sus contactos políticos con la maestría de Jesús Polanco.
  • En cualquier caso, la crisis del libro de texto puede enlazar con la llegada de las tabletas a los colegios. Eso sería el fin.
Los editores de libros de texto se preparan para al menos dos años de vacas flacas. La razón: no hay reforma escolar. Cuando la izquierda se lanza contra la LOGSE del ministro Wert o se dieron cuenta de que el bueno de Juan Luis Cebrián, editor de Santillana, las iba pasar canutas. Cuando hay reforma educativa es cuando se renuevan libros y enseñanzas, un chollo para los editores. Además el libro-tableta está al acecho y Santillana, por seguir con el ejemplo, salva su cuenta gracias a Hispanoamérica y la vieja norma polanquil, que tejió una red donde casi todas sus oficinas eran lideradas por ex ministros iberoamericanos. Se daba la bella circunstancia de que allí es el sector público quien más libros de texto compra y de que aquellos estómagos agradecidos podían madrugarle a Polanco los planes de estudio futuros y así adelantarse a la competencia. Y hasta se supone que también lo hizo en España don Jesús, vaya que sí. Además, a las comunidades autónomas españolas les ha entrado la fobia contra el libro nuevo, seguramente porque eso es propio de niños-fascistas. Total, que durante tres años no se espera la renovación de materias y entonces ocurre que el libro de texto creció un 4% en España durante 2016 mientras que en 2017 se espera una caída de entre el 15 y el 20%. Puede ser la ruina para las editoras de libros de texto. Ruina temporal que enlazaría con la ruina perpetua que supondrá la llegada de las tabletas a los colegios. Y esto de que no se renueven la enseñanza y los libros de texto puede ser bueno o malo. Lo mejor es que se queden como están: lo que viniera podría ser peor. Eulogio López eulogio@hispanidad.com