La famosa foto (en la imagen) del policía introduciendo a Rodrigo Rato en el coche donde se le llevaba al registro se su despacho, ¿fue forzada o es que el funcionario, hoy tan famoso como el retenido, se dejó llevar por su celo?
Se han ensañado con la dignidad del ex vicepresidente. ¿Quién? Sus propios compañeros del PP… entre otros
Insisto en el vídeo que pende de Hispanidad: lo de Rodrigo Rato, aunque sea culpable de todo lo que se le imputa y algo más, no es un fin de ciclo, ni tan siquiera el fin del mundo. Hay cosas mucho peores como el aborto, del que sus fautores se enorgullecen. Y, además, esto huele a precocinado. En plata: es verdad que un ex ministro de Hacienda debe predicar con el ejemplo y no defraudar al Fisco pero sorprende la puesta en escena del asunto.  Vivimos en manos de jueces y fiscales, gentes que no aplican justicia sino legalidad. Y ya se sabe que las interpretaciones de la ley son muchas y muy variadas. ¿De qué se le acusa (aunque desconocemos pormenores)? Pues de fraude fiscal, de tener dinero en el extranjero para pagar menos a Hacienda. Lo otro, lo de blanqueo de dinero o alzamiento de bienes, suena muy fuerte pero es consecuencia de lo anterior: si tienes dinero -por ejemplo- en un paraíso fiscal y te acoges a la amnistía lo esperable es que pretendas cambiar tus cuentas de lugar y -quién sabe- blanquear para legalizar. Es igual: si se acogió a la amnistía fiscal es que algo había hecho mal y él era un ex ministro de Hacienda. En cualquier caso, no nos equivoquemos. ¿Que la detención de Rato hunde al PP y al Gobierno Rajoy? ¡Anda Ya! Rajoy está feliz de utilizar a Rato como cortafuegos y encima de demostrar que él era el hombre a quien debió elegir a Aznar. Podrá incluso presumir, como ya adelantó Cristóbal Montoro, de que aquí no se aceptan ni amigos ni enemigos y que el poder del Estado se ha cebado con Rato. ¿A que queda bonito? Ahora bien, en el entretanto, lo de la presunción de inocencia se queda en agua de borrajas ante la foto del policía con la mano en la nuca de Rato. Porque esa es otra. El peligro del Gobierno de los jueces permite muchos resquicios al adversario político -o al correligionario enemigo- para cebarse con el acusado. Y con Rato se han cebado. Sí, el Gobierno y el PP. Eulogio López eulogio@hispanidad.com