- ¿Por qué Soraya va a fracasar en Cataluña? Porque, como Rajoy, la 'vice' sólo busca casar intereses, no asumir principios.
- Y sólo con intereses no se logra esa disciplina instintiva, la que procede del entusiasmo común de un pueblo.
- Y recuerden que el problema de Cataluña no es la rebelión ni el reto independentista: es la insumisión.
- Pero todo proceso es la ausencia de valores morales comunes, propios o asumidos.
- Es decir, valores, o principios, cristianos.
- Esos valores es los que no puede ofrecer Soraya porque no sabe qué son ni cuáles son.
- Y los secesionistas, perdidos los principios cristianos, han convertido la independencia de Cataluña en su dios.
- Cuando se rompa su ídolo, se romperán ellos.
Si hubiera vivido un siglo atrás, cuando la gente hablaba claro y se entendía lo que hablaba, de la vicepresidenta primera del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría, se habría dicho que no tiene "el alma entera". Con esta expresión, nuestros bisabuelos se referían, no a la persona innoble, sino a la persona
superficial, aquellos para los que la ética se queda en buena educación y la pureza del alma es mera higiene del cuerpo. En plata, para los frívolos de mente -no profundizan- y de corazón -nunca están dispuestos a darse totalmente-.
Por eso anuncio el
fracaso de Sáenz de Santamaría en su misión de atraerse a los catalanes. El problema es que tanto la 'vice' como el presidente buscan satisfacer intereses cuando lo cierto es que
deberían estar buscando principios comunes. En el caso de España, y por tanto de
Cataluña. Esos son los
valores cristianos, no hay otros. Lo que ocurre es que ni los nacionalistas catalanes ni Soraya saben de qué valores estamos hablando.
No hay pacto posible si el pacto sólo se basa en acuerdo económicos. Lo que provoca la disciplina instintiva de un pueblo, o de dos pueblos, es la participación en unos ideales comunes.
Los catalanes de antaño se rebelaban al grito de "¡Viva el Rey y Viva España!". Cataluña fue
carlista porque siempre se rebeló contra el adocenamiento ilustrado y masónico de los monarcas españoles. Se rebelaban para exigir a Madrid que no se desviara de los principios cristianos de España.
Esta ausencia de principios comunes resulta especialmente cierta en Cataluña, donde Soraya
se comporta como una jacobina centralista, heredera de lo peor de la tradición liberal y cuando los secesionistas han perdido su fe en Cristo y han convertido la
independencia en el
único dios que adoran. Cuando se rompa su ídolo se romperán ellos.
Por eso, mucho me temo que Soraya fracasará Cataluña.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com