- No tienen que irse Rajoy y Sánchez, tienen que irse los cuatro, la banda de los cuatro.
- Porque con estos bueyes no se puede arar.
A ver si nos entendemos.
Mariano Rajoy quiere mantenerse en el poder a toda costa con el horizonte puesto en el socialista
Felipe González (13 años en Moncloa). Lo demás le importa un pito.
Pedro Sánchez es un resentido que vendería a su madre por llegar a La Moncloa y demostrar que no responde al viejo aforismo:
tu cabeza es hermosa pero sin seso.
Pablo Iglesias es un leninista miserable, lobo con máscara de cordero. Un verdadero matón de taberna que no ejerce porque no se atreve: aún no se siente demasiado fuerte.
Albert Rivera es un hortera de bolera. Le ha tocado la lotería y ahora no sabe cómo defender el valor del premio. Habla de regeneración cuando lo cierto es que no es más que un jetas que utiliza la
corrupción, no para regenerar el país, sino para destruir al adversario.
¿Que PP y PSOE son más corruptos que
Ciudadanos y Podemos? No lo son. De hecho, el partido más
corrupto que existe es Podemos, o qué pasa, ¿es que PP y PSOE han tenido más oportunidades de corromperse porque son más viejos? De la misma forma que el anciano siempre está más empecatado que el joven,
ha tenido más tiempo y más oportunidades para pecar.
Al final, la política española se ha convertido en el tinglado de la
antigua farsa. No tienen que marcharse
Rajoy ni Sánchez: tienen que marcharse también los otros dos, la banda de los cuatro. Con estos bueyes no se puede arar, porque el problema de España no es de corrupción sino de desintegración moral.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com