- El Sínodo de Obispos no puede consistir en sacrilegio sí/sacrilegio no. ¿Verdad?
- Quien centra el debate gana el debate. ¡Ay madre!
- Según RTVE, la reunión vaticana consiste en si se deja comulgar a los bautizados recasados, a los arrejuntados y a los del gaymonio.
- O sea, legalizar el sacrilegio o seguirlo impidiendo, como pretenden los pérfidos conservadores.
- Confusión: Pavor me dan los resultados de una posible encuesta sobre la comunión de los 'irregulares'.
- "El sector más conservador insiste en que el Sínodo no puede cambiar la doctrina que impide, por ejemplo, comulgar a los divorciados y vueltos a casar y que no acepta el matrimonio homosexual".
Con esta maravillosa simplicidad resume RTVE,
la tele del Gobierno Rajoy, el significado y la actualidad del
Sínodo de la Familia (segunda parte, que es la más interesante) que comenzó ayer en el Vaticano y que puede precipitar la crisis de la Iglesia hacia el gran estallido.
Les explico:
quien centra el debate gana el debate. Al parecer, según RTVE, el debate del Sínodo entre conservadores y progresistas consiste en cambiar la doctrina o mantenerla. Pero, queridos campeones de RTVE, que la doctrina no puede cambiarse porque fue establecida por Cristo, bien directamente en su encarnación
o bien por Cristo como cabeza del Cuerpo Místico a lo largo de la historia. Eso sí, lo que sí puede hacer el Sínodo, y me temo que es lo que está haciendo, es confundir al personal.
El famoso constructor navarro,
Félix Huarte, tenía un lema: "Lo primero y principal conocer al personal". En determinados círculos vaticanos parece haberse impuesto algo parecido: "Lo primero y principal confundir al personal". No olvidemos que esta segunda parte es la parte clerical,
donde los lacios poco pueden hacer.
Insistimos en la pregunta: ¿qué pasaría si hacemos una encuesta y preguntamos a la gente si el divorciado y vuelto a casar, el arrejuntado, y el homosexualmente casado, pueden comulgar? ¿Qué responderían? Probablemente que sí en más de un 50%, que las cosas han cambiado mucho con el
Papa Francisco. Pero lo que no se acaba de entender es la elección, por parte del propio Pontífice, de algunos prelados expertos en confundir a la grey para participar en esta segunda parte del Sínodo (la más interesante y la más clerical).
Y lo cierto es que el Papa Francisco ha recalcado, durante su último viaje a Estados Unidos, que
el divorcio católico no existe. Pero, al parecer, en RTVE, como en tantos otros ambientes empeñados en secuestrar su mensaje, es decir, en manipularlo, no se han enterado o no se han querido enterar.
Pues eso: confusión y más confusión. El Sínodo no tiene que analizar si los que no están en gracia de Dios (o presuntamente no lo están) pueden comulgar, porque eso sería un sacrilegio. Lo que tienen que hacer es predicar el matrimonio de siempre: entrega al cónyuge, apertura a la vida, educación cristiana de la prole. El dilema no puede ser sacrilegio sí/sacrilegio no. Aunque lo diga RTVE.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com