- ¿Por qué nadie se atreve a decir que los test de estrés son una imbecilidad?
- Bankia, la mejor nota: claro la hemos capitalizado entre todos.
- El Popular, el peor, pero tras la ampliación de capital sería de los mejores.
- El NOM odia lo pequeño, porque lo pequeño es libre.
- Objetivos del NOM: un gobierno mundial, una única política económica mundial y un pensamiento único.
Los
resultados de los test de estrés de la Agencia Bancaria Europea (EBA) publicados oficialmente el último viernes de julio, demuestran hechos extraordinariamente relevantes y sobre los que debemos reflexionar con detenimiento:
- Son una chorrada que no sirve para maldita la cosa. El modelo es una chorrada y como lo es el mismo en que se basa la inspección bancaria del BCE, toda la regulación constituye una imbecilidad propia del que la formuló. Es decir, del Sistema Financiero Internacional (SFI).
- No es que el análisis de la EBA, organismo que preside Andrea Enria (en la imagen), esté mal hecho, la cosa es peor. Porque lo que se está demostrando es lo estúpida que es la metodología: medir a los bancos según un recursos propios. Lo que nos lleva a la conclusión y primer mandamiento del Sistema Financiero Internacional actual: los bancos buenos son los bancos grandes. Los pequeños están condenados. Ya saben: el monopolio no es posible para acabar en el monopolio es imprescindible.
La prueba: de los seis grandes bancos españoles el que obtiene mejor nota es
Bankia, nada menos que un 10,6%. No te fastidia, como que le hemos dado 22.000 millones de euros para capitalizarse. Es decir, el
Popular sería el tonto de la clase según esta metodología pero… su nota del 7,1 se dispararía hasta el 10,3 si los chicos de Enria hubiesen computado la mega-ampliación de capital de hace un mes.
- Los peores bancos son el buque insignia de la banca alemana, el Deutsche Bank, el primer banco francés (al menos privado) BNP Paribas y los italianos. Entonces, ¿por qué fuimos españoles y portugueses, bueno, e irlandeses, los que hicimos ¿para qué puñetas hicimos el rescate?
La respuesta es muy simple: el Sistema Financiero Internacional, pieza angular del
Nuevo Orden Mundial (NOM), cuyo máximo representante es el
Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS) no admite lo pequeño, sobre todo porque lo pequeño es libre y menos borreguil que lo grande. Sólo admite bancos grandes, de la misma forma que no se admite nada pequeño en el siglo XXI, empezando por pequeños países. El NOM tiene por objetivo primero la creación de un único gobierno mundial, una única política económica mundial y un
pensamiento único, a ser posible mundial.
Contra ello, y volviendo a la banca, volvamos a insistir:
- Un buen banco -y un buen banquero- no es aquel que tiene mucho capital, sino aquel que tiene poca morosidad. El que presta dinero y consigue que se lo devuelvan con sus intereses.
- Un banco pequeño puede ser más rentable que uno grande si el poder no le obliga a una serie de normas que los hacen inviable. Por ejemplo, recursos propios.
- Los bancos no tienen por qué tragarse toda la deuda pública que emiten los gobiernos, no tiene por qué ser dirigidos por reguladores (es decir, políticos) que nunca han sido banqueros y que, por ejemplo, les dicen que no pueden asesorar a pequeños ahorradores o que, sencillamente, no pueden invertir en industria o que no les gustan las cajas de ahorros y que hay que hacerlas desaparecer.
- A cambio si los banqueros se equivocan, sencillamente hay que dejarlos quebrar y pagar a los depositantes los 100.000 euros pactados.
Y por cierto, el subgobernador del Banco de España,
Fernando Restoy, ha sido nombrado presidente del Comité de Estabilidad Financiero del BIS. El asunto merece comentario aparte.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com