- Se trata de la primera burbuja global e instrumental.
- Ojo: no especula con un producto, sino con el dinero mismo.
- Y no tiene respaldo alguno de autoridad monetaria o ejército.
- Puede depreciar toda la economía mundial en progresión geométrica.
- ¡Qué bonito es el bitcoin!
El
bitcoin cotiza ya por encima del oro. Es muy probable que al leer la noticia muchos se sientan entusiastas.
Hasta ahora,
las burbujas eran temáticas (oro, petróleo, bulbos de tulipanes), pero el
bitcoin es una burbuja instrumental. Es decir, no especula con nada que se pueda comprar con dinero,
especula con el dinero mismo, con la moneda.
Y es global, porque su sede monetaria es Internet. Y claro, una burbuja global y que tiene por objeto el dinero mismo
sólo supone una cosa: que mejor dejarla dormir, que especule y
estafe a solas a cuantos incautos nadan por el mundo. Porque, cuando estalle la burbuja, también estallará la economía mundial.
Ahora añadan la guinda: el dinero en sí no vale nada, al menos desde que la moneda dejó de ser el
valor en sí mismo (hecha en oro u
otro metal precioso) y desde que terminaron el patrón oro, el último engarce real terminó con el papel moneda.
Hoy, en el siglo XXI,
el único referente de una moneda es el prestigio (o la fuerza bruta) de la autoridad emisora. Y en Internet no hay otra autoridad que la ley de la selva. En cualquier caso,
Google no es una referencia monetaria sino informativa.
Así que
dejad que el bitcoin duerma, o que estafe a todos los incautos del planeta. Dejad que siga siendo el
trilero global. Porque cuando estalle la economía se nos vendrá abajo… again.
Y ojo porque
si la emisión de dinero en masa perpetrada por los bancos centrales ha sido la causa de la depreciación, paulatina pero constante, de toda la economía mundial (a más instrumento de cambio menor valor por producto o servicio),
imagínense el bitcoin, que no tiene necesidad de imprimir billetes, es decir, que no tiene límites.
¡Qué bonito es el bitcoin!
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com