No hay nada más natural que lo sobrenatural. Es más, si lo natural no tiene a lo sobrenatural se vuelve antinatural. Es de Chesterton y significa muchas cosas. Significa, por ejemplo, que cuando dejamos de orar no se nos escapa la fe: se nos escapa la verdad.
No solo es que la fe y la razón no sean incompatibles: es que la fe es lo único razonable que existe.
La historia de cada hombre suele ser reiterativa. Dejamos de orar y entonces, no es que no creamos, es que no vemos. La verdad se nos escapa y entra el Príncipe de la Mentira. Dejamos de tratar a Dios y Satán ocupa su lugar. El síntoma es la desesperación.
Falló la fe y con ella falló la razón, no al revés
Es igual, vamos a vencer en cuanto recuperemos, no ya la fe sino la cordura. Para el hombre del siglo XXI ya sólo queda una salida: volver a Confiar en Cristo, abandonar en sus manos.
A fin de cuentas, ya decía Chesterton que las ideas modernas son viejas ideas cristianas que se han vuelto locas. Como cuando abandonamos la fe porque la creíamos incompatible con la razón… cuando es la razón, la que solo es posible mediante la fe.
El problema no es que no veamos a Dios. El problema es que, sin Dios, no vemos.