Se entrevistan el presidente ruso Vladimir Putin y el premier húngaro Viktor Orban (ambos en la imagen). De inmediato, el Nuevo Orden Mundial (NOM), que desgraciadamente controla Occidente, se ha apresurado a destacar: ¿Lo ven? Ya se lo decíamos nosotros. El violento Vladimir Putin se alía con un ultracatólico como Orban. Si hasta Orban le había felicitado.
Al parecer, olvidan que Orban vivió en una Hungría comunista en pleno combate con el régimen soviético, que aún imponía su ley a la fuerza. Si ahora está dispuesto a verse con el ex jefe de la KGB, sus razones tendrá para ello.
Además, Orban no es católico, sino cristiano, pero un cristiano coherente. Y sí, ha alabado a Putin por lo mismo que le alabamos en Hispanidad (no así en otra cosas): por su coherencia con principios que ha forjado Occidente, principios de dignidad de las personas y de libertad, principios, a la postre, cristianos.
Orban es un señor que cree en algo; Putin es un señor que cree en algo. Eso no les hace perfectos, seguro, que ambos están llamados a entenderse y a divergir de quien no cree en nada salvo en el poder. Es decir, Bruselas.
Eulogio López