El distributista Chesterton lo explicaba así: "Es evidente que el carterista es un defensor de la empresa privada. Pero quizás resultaría exagerado afirmar que el carterista es un defensor de la propiedad privada. Lo característico el capitalismo y del mercantilismo es que predican la extensión de los negocios en lugar de la preservación de las propiedades. Lo característico del comunismo es que reforma al carterista prohibiendo los bolsillos".
En efecto, dejemos a un lado al jeta de Iglesias. Ese no tiene remedio. Cuando alguien habla de propiedad pública se está refiriendo, no al dinero de todos, sino al dinero que manejan los políticos como si fuera suyo. Pero el otro peligro, el que proviene del hemisferio derecho, puede ser incluso más engañoso. En otras palabras, liberalismo no es libertad para hacer negocios: liberalismo es defensa de la propiedad privada honradamente ganada. En especial, defensa de la pequeña propiedad privada, porque lo grande resulta ingobernable.
Ningún ejemplo mejor que el del carterista: hay demasiado capitalista que considera el dinero de los demás como propiedad privada.
Liberalismo es propiedad privada pequeña (PPP).
Eulogio López
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