La verdad es que quien garabateó la pintada en la puerta del seminario diocesano de Sigüenza no era un gran artista. Si no entienden el mensaje se lo traduzco: “el peor obispo en 12 años, prohíbe los sacramentos y el culto”.
No tengo nada contra el titular de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Es más, he tenido que buscar en Google quién era y su nombre no me ha proporcionado pista alguna. Sólo sé que la pintada ha aparecido porque ha sido uno de los obispos, de los muchos obispos españoles, que han llegado más allá que el Gobierno y sencillamente ha cerrado las puertas de los templos y suprimido… sacramentos y culto.
Esto es: el obispo de Sigüenza fue de los que llegó más allá que el Gobierno de Pedro Sánchez, quien no ha prohibido la Eucaristía ni ha cerrado las iglesias, como hicieron otros gobiernos europeos. Sí, lo sé, ha cometido la grandísima hipocresía de prohibir el derecho fundamental a la libe circulación, con lo cual la Policía Nacional profana eucaristías y amenaza a los curas con detener a los parroquianos, no porque estén prohibidas las misas sino porque está prohibido salir de casa para ir a misa.
Ahora bien, no era necesario que los obispos secundarán, corregido y aumentado, al Gobierno cristófobo de Sánchez e Iglesias. Lo que deberían haber hecho es mantener las eucaristías -y el sacramento de la penitencia- en lugar de eximir a los fieles del cumplimiento del precepto.
Porque resulta un tanto inquietante que los curas estén dando lecciones de valentía a los obispos y éstos hayan dejado solos a aquellos.
Y, si fuera el caso, que lo es y será, enfrentarse directamente al Gobierno en nombre del derecho a la libertad de culto, porque la libertad religiosa sí es un derecho recogido en la Constitución y sí es un derecho fundamental.
No, no es lo mismo, Pablete Iglesias: una cosa es que un derecho sea mencionado en la Constitución y otra que sea derecho fundamental. Ejemplo: el derecho a la vivienda está citado en la Constitución pero no es un derecho fundamental. Incluso puedes llamarlo constitucional, pero eso no lo convierte en fundamental. De nada campeón: divertir instruyendo es nuestro lema.
Obispos, reaccionad: volved a celebrar la Santa Misa porque la Iglesia vive de la Eucaristía. Y los fieles del Cuerpo Místico… también.