- Yo quería un negro en la Casa Blanca, pero no a Obama.
- Y también quiero una mujer como presidenta de los Estados Unidos, pero no a Hillary.
- Ambos son dos buenos servidores del Nuevo Orden Mundial.
- El NOM no es una conspiración sino un consenso… hasta que todo esté preparado.
- Lo más importante: una cosa es que te tomen por tonto; otra, bien distinta, ser tonto.
- ¿O es que alguien piensa que Trump puede ganar las elecciones de noviembre?
Insisto, yo también quería a un
negro en la
Casa Blanca. En un país donde con tanta saña se ha maltratado a la raza africana como los Estados Unidos, pero no a
Barack Obama.
Y también quiero a una
mujer en la Casa Blanca, pero no a una ultrafeminista, es decir, una feminazi, como
Hillary Clinton, otra servidora de Baal, es decir, del Nuevo Orden Mundial (
NOM).
Hay que aclarar algo: el NOM no es ninguna conspiración al uso. En la sociedad de Internet, el NOM es, ante todo un
consenso, porque las normas se imponen por consenso social. Otra cosa es cómo se logre ese consenso que, para la mayoría no deja de ser una inclinación forzada a actuar como el poder quiere, incluso a pensar en una dirección determinada: aquélla a la que te impele la atmósfera dominante, el discurso cultural imperante.
Eso sí, otro elemento a considerar es la siguiente etapa: cuando la situación esté madura como para que el consenso se convierta, en una nueva metamorfosis, en conspiración decidida. Pero esa es otra historia. En cualquier caso, ¿quién tiene ese
poder para convertir una
conspiración ideológica en un consenso social y luego aprovechar este consenso social para desarrollar la conspiración? Evidentemente sólo el Príncipe de este mundo. Pero como eso nos llevaría muy lejos, vamos a dejarlo.
En cualquier caso, en el país más poderoso del mundo, se supone que en las elecciones más libres del mundo (jo, jo, jo), el NOM ha ido cubriendo etapas. Porque el NOM quiere ser, antes que nada, un
nuevo orden moral, cruelmente anticristiano. Con un Obama abortero y homosexualista, en definitiva, un atentado contra la Ley natural, además del presidente más desastroso de la historia reciente de los Estados Unidos (vean si no, su política con el mundo musulmán), pero eso sí, un presidente negro. Ahora le sucede una mujer que pretende convertir el asesinato del propio hijo en un "derecho". Es el momento de la mujer, no porque al NOM le importen un pimiento las mujeres, como no le importan una higa los afroamericanos, sino porque constituyen las categorías que el Nuevo Orden Moral (NOM) pretende vendernos. Es algo así como asegurar: la sociedad cristiana era racista y machista, pero yo lo voy a arreglar elevando a negros y a mujeres a presidentes y presidentas… de mi conveniencia y a mis órdenes, claro está.
¿Significa esto que hay que apoyar a
Donald Trump? No, Trump es un macarra. Pero, eso sí, al menos que no nos engañen… o que nos engañen cuanto menos mejor. ¿O es que alguien piensa que Donald Trump puede ganar las elecciones de noviembre?
Una cosa es que nos tomen por tontos; otra, bien distinta, que seamos tontos. Del negro a la chica. El próximo, supongo, será el
gay. Si es que les da tiempo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com