• Pero la blasfemia no: sólo resulta vejatoria para los católicos. Al igual que Andalucía y Extremadura, Madrid se dispone a censurar toda crítica a los lobbies feminista y homosexual.
  • Y con sanciones de hasta 45.000 euros.
  • Si a esto le unimos el artículo 510 de código Penal, que 'ofrece' hasta cuatro años de cárcel por homofobia y machismo… 
  • Dentro de poco no podremos decir nada de nada… gracias al PP.
La 'choni' del PP, a la sazón presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (en la imagen) impondrá sanciones administrativas de hasta 45.000 euros (el doble del salario medio anual español) para "proteger al colectivo gay" y al lobby feminista. Su celo es de tal furor que no tolerará el "uso de expresiones vejatorias" contra mujeres y homosexuales. ¿No es hermoso? Considerando que los del orgullo gay y las de la ideología de género tienen la piel muy fina, lo que busca Cifuentes es, simplemente, impedir toda crítica, por muy respetuosa que sea, respecto al feminismo radical y respecto a la homosexualidad. Bajo amenaza de multa, naturalmente. Y por la fuerza. Claro está. Es decir, Cifuentes resucita la censura. Aunque la presidenta de la Comunidad de Madrid tiene pocas ideas pero extraordinariamente confusas. De hecho, la censura de Cifuentes no supone ninguna  originalidad: bebe de la fuente del artículo 510 del Código Penal vigente, obra de Zapatero, corregido y ampliado por Rajoy,  que condena, con penas de cárcel de hasta cuatro años, cualquier crítica (incitación al odio y a la violencia, le llaman) por razón de sexo, raza o religión. Pero no se apuren que Cifuentes no se plantea sancionar al blasfemo: a fin de cuentas la blasfemia sólo resulta vejatoria para los católicos. Y la choni del PP es cristófoba y abortera. Por cierto, Madrid no hace más que seguir la estela de Andalucía y Extremadura y, sobre todo, el espíritu del 510: ella no puede encarcelar -ya le gustaría- pero sí puede vaciar el bolsillo de todo aquel que pretenda ser políticamente incorrecto. Al final, no podremos abrir la boca, gracias a la muy democrática Cifuentes. Eulogio López eulogio@hispanidad.com