- Macron es el prototipo de progre-capitalista: no cree en el derecho a la vida pero sí en la banca de inversión.
- Le Pen es derecha pagana, que no cree en Dios pero sí en las fronteras.
- Mélenchon es un comunista que, como Pablo Iglesias, intentan disimular que lo es.
- Su voto es de los cabreados y el de los envidiosos, estilo Podemos.
- Y luego está Fillón que como todavía cree en algo nos ha salido corrupto.
- Al menos, aprovechadillo.
- Y como ocurre en España, el Cristianismo está excluido.
Cuatro líderes llegan con posibilidades de pasar a la segunda vuelta de las presidenciales francesas. Y con ellos, Francia exhibe el arquetipo de política moderna donde los conceptos de derecha e izquierda se desdibujan con adjetivos. Es decir, la izquierda se ha convertido en progre-capitalismo y el tradicionalismo en derecha pagana. A saber:
Macron es el prototipo de progre-capitalista: no cree en el derecho a la vida pero sí en la banca de inversión.
Le Pen es derecha pagana, que no cree en Dios pero sí en las fronteras.
Mélenchon es un comunista que, como Pablo Iglesias, intentan disimular que lo es. Su voto es de los cabreados, tipo 15-M, y el de los envidiosos, estilo
Podemos. Todo aquel al que le ha ido mal en la vida le siente como su representante. Calcadito a
Pablito Iglesias.
Y luego está
Fillón que, como todavía cree en algo, nos ha salido un poco aprovechadillo pero, sobre todo, han ido a por él. El malo no soporta ni la mera visión del tío con principios. Oiga, y tampoco es que Fillón sea como para tirar cohetes.
Y como ocurre en España, el Cristianismo está excluido del panorama político. No entra ni en la derecha pagana ni el progresismo financista. Dios sea loado.
Eso sí, un católico no puede votar ni al progre-capitalismo ni a la derecha pagana. Por principio.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com