- El periodista Ángel Gómez Escorial ensalza el coraje del banquero, consumido por el ELA.
- Si se decide luchar, caben dos opciones: conformarse con medicarse contra la dolencia para reducir su enfermedad o convertir la enfermedad en una forma de entrega a los demás.
- Y sólo quien vive pendiente de los demás puede vivir en plenitud.
Me sorprendió
la entrevista concedida ayer lunes por Francisco Luzón para Cinco Días, que fuera
director general del BBV, presidente de Argentaria y director general del Santander. Sufre
Esclerosis Multilateral Amiotrófica (ELA) y está dispuesto a dedicar lo que le queda de vida a combatirla. Enhorabuena.
Pero aún me ha sorprendido más el artículo de un verano periodista,
Ángel Gómez Escorial (
en la imagen), que lo ha dirigido todo en el periodismo español, también fastidiado por enfermedades degenerativas (polimialgia reumática) y ante la que la medicina se encuentra ligeramente impotente. En la revista especializada que él creó,
Banca 15,
AGE ha publicado un artículo para saborear. Sobre Luzón, claro.
¿Cuál es la moraleja del
caso Luzón y del caso, y el mensaje, de Gómez Escorial? Pues que en el dolor damos lo mejor de nosotros mismos. Ojo, no digo que siempre se viva el dolor como se debe. Pero cuando menos caben dos opciones:
rendirse o luchar.
Y si se decide luchar, caben dos opciones: conformarse con medicarse contra la dolencia para reducir su enfermedad o
convertir la enfermedad en una forma de entrega a los demás. Y sólo quien vive pendiente de los demás puede realizarse a título individual.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com