¿Traicionó el malvado cardenal Robert Sarah al Papa Francisco? ¿Apoyó el sospechoso Papa Benedicto XVI al perfidísimo Sarah en su pulso al Papa Francisco? ¿El libro de Sarah y de Benedicto es de Sarah que lió al pobre Ratzinger? ¿Se trata de adelantarse a Francisco, no vaya a ser que este permita la ordenación de curas casados para la Amazonia?
Las respuestas a esas cuatro preguntas son:
-No.
-No.
-No.
-No.
Y ni Benedicto ni Sarah se han rebelado contra Francisco. A ver, teólogos fuera, que lo lían todo. Las razones del celibato sacerdotal son dos:
1.Que el sacerdote se dedique a los sacramentos y a la evangelización. No debe tener tiempo para el matrimonio y la educación de la prole, que es otra vocación cristiana y, créanme, dura, muy dura.
2.El celibato es bueno para el propio sacerdote: nada menoS que un sacrificio para poder ofrecer a Dios.
En cualquier caso, el problema del Sínodo de la Amazonia , es decir, del cristianismo en la Amazonia, no es que falten curas, lo que faltan son cristianos. Tampoco faltan misioneros, lo que faltan son misioneros que no se dediquen a petardear, a la ‘inculturación’ de ritos paganos, a elevar los sacramentales a sacramentos, a adorar al ídolo de la Pachamama y otras idolatrías.
En cualquier caso, algo pasa con los sínodos. En el Sínodo de la familia acabó siendo el sínodo sobre si los arrejuntados pueden tomar la comunión. En lugar de defender a la familia se ataca a la Eucaristía. Y el Sínodo del Amazonas se convierten en el Sínodo para ordenar a las mujeres o para quebrar el celibato.
En cualquier caso, lo que hay que entender en la Iglesia de hoy, que atraviesa la mayor crisis de toda su historia, dado que estamos en la Gran Tribulación, es lo siguiente:
1.El Papa Francisco es el verdadero Papa de la Iglesia. A veces no se le entiende porque la crisis es tan pavorosa que el cardenal Bergoglio, esta es la clave, trata de salvar lo salvable. Yo no lo haría así, pero probablemente es por eso por lo que, a pesar de mi egregia condición de periodista, no me han hecho Papa.
2.Los ‘tradicionalistas’ y perdón por el palabro, corren el riesgo de, llevados por su buena fe o por su soberbia (o por un poquito de ambas), poner contra las cuerdas a Francisco y conseguir un relevo mucho más preocupante.
Y todo esto es malo, por dos razones: porque los fieles, y hasta los obispos y cardenales, no somos críticos del Papa, somos discípulos, no somos la leal oposición, somos sus fieles.
En segundo lugar, porque a Francisco se le está reescribiendo. Por ejemplo: ¿Han oído ustedes alguna vez a Bergoglio una sola palabra contra el celibato eclesiástico? Todo lo contrario. De hecho, volviendo a la tea de marras: el Papa Francisco es partidario del celibato sacerdotal. Lo que ocurre -y esto no sucedía con Juan Pablo II ni con Benedicto XVI- es que jamás he visto a un papa tan manipulado como este. A sus dos antecesores se les insultaba -de entrada eran unos reaccionarios- pero a este se le manipula.
Pruebas: tras uno de sus viajes apostólicos, casi seis años atrás, a Francisco, esperanza frustrada de la progresía, se le preguntó por el celibato. La conclusión de muchos medios -todos ellos muy serios- fue que el Papa abría la puerta al celibato. Ruego lean la crónica de Ramón Pi al respecto. En esa ocasión, lo que el Papa dijo fueron tres cosas:
1.Que el celibato no era un dogma, como tantas otras cosas bonísimas de la doctrina de la iglesia.
2.Francisco fue más allá y aclaró que el celibato es una cosa bonísima, un gran regalo de Dios a la Iglesia, que “el Papa estima en alto grado”.
3.Cambiar la norma -aseguró el Papa- no estaba en el programa de la Iglesia. O sea en su programa, o sea, que iba a mantener el celibato.
Exactamente lo mismo que Benedicto XVI o que Juan Pablo II. Por cierto, también ha cerrado el camino hacia la ordenación sacerdotal de mujeres.
Por tanto, si Francisco no va a suprimir el celibato sacerdotal (otra cosa es que ante la ausencia de curas en muchas zonas del mundo- potencie la labor de los laicos, varones o mujeres- en las tareas de catequesis) la tesis sobre QUE el pérfido Sarah capitán del grupo anti-Francisco o el astuto Benedicto intentara recupera poder, es una chorrada de quien pretende hacer decir a Francisco lo que no ha dicho.