- Las profecías no tienen por qué cumplirse.
- Han sido hechas para convertir, no para predecir.
- Y el 155 ha empezado hoy, lunes 30 de octubre: queda demasiado tiempo para que del sabotaje y la resistencia pasiva se pase a la violencia activa.
- Además, no se imaginen ustedes una guerra civil como en el 36.
- Imagínense, más bien, un todos contra todos en medio de una tensión creciente.
El pasado 1 de mayo la vidente
Margarita del Llano recibió este mensaje.
Cuesta dos minutos leerlo pero uno, en su calidad de periodista, siempre está dispuesto a pergeñar resúmenes de titular (lo que la periodista y Reina de España, doña
Letizia Ortiz, calificaría como poco rigurosos).
En plata, el mensaje puede resumirse en que
hay peligro de guerra civil en España, una guerra que sería, no como en el 36, sino una especie de todos contra todos.
Visto lo que ha pasado desde entonces en Cataluña, que no es norte, sino nordeste de España, a lo mejor lo que el
1 de mayo parecía imposible -ese enfrentamiento de todos contra todos- ahora nos angustia como lo más posible.
Y no debería. En primer lugar, porque
Nínive no fue destruida. La precisión del profeta
Jonás provocó el cambio de los ninivitas y así se evitó la destrucción de Nínive. Deseo fervientemente que así sea pero lo cierto es que pocas veces he visto una descripción tan ajustada como el dictado por esta profeta madrileña, una sencilla ama de casa.
Me he acordado del texto el pasado viernes, tras la proclamación de la
República catalana.
El 155 ha empezado hoy lunes, 30 de octubre: queda demasiado tiempo para que del sabotaje
y la resistencia pasiva se pase a la violencia activa.
Además, no se imaginan ustedes una guerra civil como en el 36, guerra de trincheras.
Imagínense, más bien, un
todos contra todos en medio de una tensión creciente.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com