Gran sorpresa la del martes 25 cuando El País publicó en portada tres noticias, sí, tres, contra el gobierno de Pedro Sánchez.
Las columnas del tópico, más seguras que las columnas de la civilización, se conmovieron. ¿Qué podía haber ocurrido?
La historia reciente de El País, hasta la crisis de resultados que le llevó a la quiebra técnica, es la historia de un medio progre. Ya saben, progresismo: abajo los curas y arriba las faldas.
Todo estaba claro. Luego ocurrió que Juan Luis Cebrián pasó de director a ejecutivo y, lo que es más importante, a representante de Bilderberg en España, lo que le permitió entrar en uno -uno más- de los cenáculos del Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir, de la nueva masonería del siglo XXI.
Ahora, en El País manda Joaquín Estefanía pero hasta para don Joaquín resulta excesivo el bolivarianismo de Iglesias
Y cuando el gestor Janli le vio las orejas al lobo se arrojó en manos de su salvador pecuniario, un tal Mariano Rajoy, que acababa de ser recibido con honores en el mismo NOM, al igual que su segunda, una tal Soraya Sáenz de Santamaría. El gallego y la castellana eran iguales: gente eficiente sin principio alguno. O al menos de principios de la modernidad, doctrina culminada por ese gran pensador que fue Groucho Marx: "estos son mis principios pero si no le gustan tengo otros".
Ahora bien, cuando Janli pretendió convertir al diario socialista El País en diario pepero, se encontró con algunas dificultades de quienes no estaban muy de acuerdo.
Y así, cuando Janli se derrumbó los marginados volvieron al proscenio. El NOM mundial es muy versátil: utiliza sus peones justo hasta el día en que dejan de serle útiles, (como les ha ocurrido, también, a Mariano y a Soraya). A la Dirección de El País llegó Soledad Gallego-Díaz pero, quede claro, que quien manda hoy en el diario, al menos ideológicamente, es Joaquín Estefanía.
¿Qué ocurre entonces? Pues ocurre que hasta para el económico Estefanía, que sigue siendo izquierda exquisita, el bolivarianismo de Pablo Iglesias resulta excesivo, como resulta demasiado tonto el radicalismo feminista de Pedro Sánchez, que piensa estar domesticando a la fiera comunista, cuando es Iglesias quien le está haciendo pasar por el aro al ‘moderado’ Sánchez. O peor, a lo mejor le está convirtiendo al comunismo bolivariano.
Los editoriales de El País ya sólo los leen los periodistas jubilados. Ya saben: por alimentar la nostalgia y para roerse el hígado
Así que, ante el coronavirus, El País empieza a reaccionar bajo el lema ‘Sánchez, te estás pasando, campeón’. Nuestro pacto de sangre era con el socialismo cristófobo no con el bolivarianismo comecuras de Iglesias.
¿Y qué responde Iván Redondo el cerebro de Sánchez, cerebro casi en sentido literal? Pues responde que El País no debe creerse que es el mismo periódico líder del siglo XX. Ojo, no porque otro diario le haya usurpado la primacía sino porque el tiempo de la prensa pasó. Ahora el medio mas relevante -ahora mismo, que pasará- es la televisión y el más influyente son las redes sociales. Vamos que los editoriales de El País, antaño tan temidos por políticos, banqueros e intelectuales y cardenales varios, hoy sólo los leen los periodistas jubilados. Ya saben: por alimentar la nostalgia y para roerse el hígado.
Hemos pasado del progresismo intelectualoide al progresismo frivoloide. Todo un avance
Lo que significa -¡apunten este genial descubrimiento!- que hemos pasado del progresismo intelectualoide al progresismo frivoloide. Hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad.