La inmigración irregular se ha convertido en otro gran desastre de la gestión de Pedro Sánchez, como reflejan las cifras, especialmente las de la vía canaria. Y es que ya van 1.069 llegadas a estas islas hasta el 15 de enero, un 234% más que hace un año, según el Ministerio del Interior, y casi 28.000 desde que Sánchez llegara a La Moncloa en junio de 2018.
Es decir, la mayor parte de los inmigrantes que han llegado al territorio español, que en total ha sido de 1.376 (-10,7%, descenso que se ha destacado bastante por parte de RTVE), de los que 168 (-81,4%) lo han hecho por la vía marítima a Península y Baleares y 130 (-58,1%) por la vía terrestre de Ceuta y Melilla -sin tener en cuenta que este martes, se ha producido un nuevo salto a la valla en el que unas 90 personas han entrado en nuestro país-. La vía canaria se ha disparado y está lanzada por Marruecos, que sigue presionando: busca que España, como ya hizo EEUU, reconozca su soberanía sobre el Sáhara Occidental y conviene recordar que llegó a suspender el viaje de Sánchez tras las declaraciones de Pablo Iglesias defendiendo un referéndum (aunque la excusa oficial que se dio fue el coronavirus).
A pesar de las cifras de la vía canaria, el presidente del Gobierno no hace nada y prefiere hablar de que “ésta debe ser la década de España en África” en la VI Conferencia de Embajadores… Un evento donde volvió a mostrar su orgullo, pero donde la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, sí se atrevió a señalar la apuesta por “ordenar y reducir la inmigración ilegal”, con medidas de desarrollo en los países de origen, así como la integración o incluso “el retorno en los casos en que sea posible”. Veremos en qué queda todo… porque, por ahora, a Sánchez le gusta más el tema de Canarias para ir de vacaciones.