En la vida hay dos tipos de personas: las que piden consuelo y las que lo dan. Las segundas son las mejores.
Generalmente todos hacemos ambas cosas aunque es cuestión de proporción. Todos necesitamos consuelo de vez en cuando pero la disposición debe ser a darlo, no a recibirlo. Los alabados líderes, por lo general, exigen ser consolados. Sin embargo, los en verdad fuertes son los que sólo se preocupan de consolar.
Amigos conseguidores y amigos consoladores
La crisis de la modernidad nos ha traído también una crisis del concepto mismo de amistad: hay amigos conseguidores y amigos consoladores. Los primeros instrumentalizan la amistad, los segundos son los que merecen la pena y merecen gratitud.
Sí, la amistad, como la economía, también está en crisis. También porque la definición sociológica de la modernidad es la multitud y la amistad es cosa de dos y con tiempo.