El Papa Francisco se ha referido a los mártires de hoy, los cristianos que sufren martirio físico en Siria, Iraq, Nigeria y otros lugares del mundo.
Viene al pelo, por tanto, el documental del catedrático de Historia Contemporánea, Javier Paredes, un expertos en la Ilustración y la revolución francesa a las que se identifica, no sólo como el comienzo del pensamiento (antes de la Ilustración la gente no pensaba, un pensamiento muy francés) sino como la era de la razón frente a las tinieblas medievales.
Lo cierto es que la Ilustración y su hija, la revolución francesa, tuvieron poco de libertad, menos de igualdad y nada de fraternidad. Lo que tuvo fue una mala leche de a kilo, una cristofobia sangrante y una crueldad sin límite contra los católicos. O sea, que fue la barbarie ilustrada. con sangre de cristianos.
La persecución a los cristianos perpetrada por los revolucionarios franceses tuvo mucho de oriental y de occidental. Perpetró el primer genocidio de la historia moderna en La Vendée católica al tiempo que iniciaba la persecución del silencio, a la occidental. Esta última era más puñetera porque fue una persecución porque estaba ejecutada por clérigos infieles que sabían donde golpear. Sabían que lo que tenían que cargarse era los sacramentos. Ya saben, la sangre de los mártires es semilla de cristianos, pero la liquidación de los sacramentos es lo que más daña a la Iglesia. Por eso, los cabrones de los ilustrados cerraban parroquias y conventos para que la gente no pudiera acudir al sacramento eucarístico. Asimismo, implantaban el calendario revolucionario, con meses de tres décadas en lugar de cuatro semanas: así se suprimía el domingo, el día del Señor, convirtiéndolo en día laborable.
No se trataba de matar sino de aprovechar a los clérigos cismáticos para hacer la Constitución Civil del Clero y hacer muy difícil la práctica religiosa.
Ambas persecuciones, la sangrienta y la retorcida, fueron obra de los revolucionarios ilustrados que tanto luz y esplendor dieron a la humanidad. A la humanidad superviviente de sus matanzas, entiendo.
De todo esto trata este documental del profesor Paredes. Aconsejo su visionado, especialmente útil para profesores de historia.
Eulogio López