Escucho y leo cosas parecidas a esta: el periodismo de masas ya no existe. Ortega ha muerto. Todo lo contrario: la masa de las redes sociales es más informe, menos elitista y más idiota que las del siglo XX. Es verdad que todavía existe, y se acentúa, la sociedad dual: los que leen y los que ven. Los listos son los primeros, pero no los que más cobran ni los valorados.

Los dos problemas informativos de la sociedad de la información: la publicidad se muere… y la capacidad de concentración también

Pero a lo que estamos. Lo que ha ocurrido es que se ha fraccionado la información. Y eso es bueno: muchos emisores, menos receptores, haciendo realidad aquella verdad palmaria de Eugenio D'Ors: yo solo pienso cuando hablo o cuando escribo. En cualquier caso, a eso le llamo yo saturación informativa. Con lo que el problema se vuelve un problema de selección. Imposible metabolizar ni el 1% de la información que Internet pone a nuestra disposición y que potencialmente nos afecta o interesa. Pero, ojo, la saturación informativa no tiene por qué ser mala: mejor que sobre que no que falte. En realidad, no es un problema, sino una oportunidad. Ahora bien, creo que el periodismo actual tiene dos problemas y la información, algo mucho más importante, uno. Vamos con ellos.

1.- El principal problema del periodismo actual es que la publicidad no vende. No se lo cuenten a nadie pero la publicidad, no la de internet o la de la prensa, no la de la radio o la de la televisión, sino toda la publicidad, en su totalidad manifiesta, que diría míster Forges, no vende un clavel. Vale: vende muy poco. Y si no hay publicidad, ¿de qué va a vivir el periodismo?

Además, Internet ha multiplicado este fenómeno: la publicidad se la hace él solito, el anunciante, a través de la red y no tiene que pagarle al medio. ¡Temblad malditos! La prensa independiente de Internet ha roto el oligopolio de los señores de la prensa y eso es tan maravilloso como peligroso. Y como resulta que hemos acostumbrado a la gente a no pagar por la información, ya me dirán de qué van a vivir los editores, es decir, los periodistas.… 2.- Consecuencia de lo anterior: peligrosa mezcla de información y publicidad. No necesito demostrarlo, lo ven ustedes en la tele todos los días: el informador que brama contra la corrupción y a renglón seguido te vende una pizza. ¿Cuándo era ecuánime, al enjuiciar al ministro o al enjuiciar la pizza?

La prensa independiente de Internet ha roto el oligopolio de los señores de la prensa y eso es tan maravilloso como peligroso

Y así, nos encontramos a periodistas y conductores de programas, incluso directores, que no dejan de golpear  a los políticos y curas pero no se atreven a levantar la voz ante un banquero o un empresario. Ejemplo: el Gran Wyoming. Estos son los problemas del periodismo, poca cosa. Mucho más grave es el problema de la información. Porque resulta que con la saturación informativa lo más grave que ha ocurrido es que la capacidad de concentración de las nuevas generaciones ha caído en picado. Cuando leen, la generación digital es incapaz de mantener la atención más allá del segundo párrafo. No sólo eso sino que, a esa merma de concentración en la información, se une una debilísima capacidad para trasmitir la información. Ya sabe: sus hijos le arreglarán el móvil pero no le enseñarán a usted cómo hacerlo. La generación digital no sabe aprender y no sabe enseñar. Volver al libro, a la lectura o-bli-ga-to-ria: no sería mala idea. Eulogio López eulogio@hispanidad.com