• En esclava del hombre y, lo que es más grave, en esclava del Estado.
  • Es uno de los grandes errores de la era moderna: la incorporación de la mujer joven al trabajo.
  • La pregunta es: ¿a éstas quién las ha engañado?
Extraído de un libro de actualidad: "En los tiempos actuales muchas mujeres son obligadas, en condiciones de esclavitud -son las nuevas esclavas-, a trabajar para el marido y abstenerse de los hijos. Se les obliga a que, si los tienen, los dejen en manos del Estado, y renuncien a su educación maternal y sus necesarios cuidados. Muchas se ven obligadas a renunciar a sus principios. Y lo que es un desgarro, en un principio, contra natura, se convierte luego en un 'anestesiamiento' general y su persona camina toda su vida como desmayada o anulada, viviendo en el aire, como en una burbuja, al servicio del dios-dinero, al servicio del dios- placer-para-otros. ¿Sus vidas merecieron la pena?". Fin de la cita. En efecto, lo que pone en solfa el autor es si la incorporación de la mujer al mundo del trabajo, algo que nadie se atrevería a poner hoy en cuestión, ha sido positiva. Y la respuesta es no. Ni para la educación de las nuevas generaciones ni para ella misma. Es más, la liberación feminista ha convertido en esclavas del hombre y, lo que es más grave, del Estado. Porque el varón puede poseer entrañas de clemencia, el Estado nunca. Otrosí: ¿la incorporación de la mujer al mundo laboral constituye una superación del pasado? No, porque antes la mujer y el hombre trabajaban en el hogar y la economía mundial era un conjunto de empresas familiares. Y nunca debió dejar de ser eso. Luego, el trabajo se proletarizó, para ellos y ellas, y hoy ha ocurrido algo peor: el trabajo se ha vuelto competencia feroz por un beneficio que no puede ser infinitamente creciente. Encima, la servidumbre de la mujer corre paralela a todo un Estado servil donde el hombre ya no es trabajador creativo, sino siervo sumiso. Lo que ocurre es que decirle esto a las mujeres que han triunfado, según el criterio del triunfo que tiene el mundo, es un error. Porque el mundo considera que has triunfado cuando lo has hecho en el mundo, en la profesión, no en el hogar, como si crear expedientes fuera más importante que crear personas. ¿A éstas quién las ha engañado? Eulogio López eulogio@hispanidad.com