- El objetivo del NOM. Destruir al hombre a través del hombre.
- Ya no hay derechas ni izquierdas, sólo cristianos frente a cristófobos.
- Y cada uno debe elegir.
Ya lo he dicho muchas veces. La ventaja, quizás la única, del
pensamiento moderno, radica en que vamos clarificando las cosas. Las tenemos tan claras que ya sabemos que todos caminamos, entusiastas,
hacia el manicomio. Esto ayuda mucho.
Y sabemos otras cosas. Por ejemplo, ya no tenemos izquierda y derecha, sino
cristianos y cristófobos. Nunca en la historia, como ahora, se había partido la humanidad de forma tan nítida entre ambos partidos. Todas las demás divisiones han quedado obsoletas frente a esta nueva frontera inenarrable. Y cada uno debe escoger: o cristiano o cristófobo, porque
la libertad no morirá jamás.
Y no porque hayamos pensado mucho sobre
Cristo y Satán: más bien, casi todo fue pensado durante el duro siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Desde el final de la
II Guerra Mundial hasta 2015 nos hemos dedicado a elegir bando, o con Cristo o contra Cristo, como si el pensamiento hubiera concluido.
De aquella etapa es el doctrino del anarquismo,
Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865) (
en la imagen) y su oración dedicada a Satán, Príncipe de este mundo:
"En cuanto a mi yo digo. El primer deber del hombre lúcido es arrojar inmediatamente de su espíritu y de su conciencia
la idea de Dios. ¡Espíritu engañador, Dios insensato, tu reino ha concluido. Busca otras víctimas entre las bestias". Un pensamiento claramente deductivo, el de este muchacho.
Continua Pierre-Joseph: "Hete ahí destronado y pulverizado… Ven, oh Satanás, ven tú, el calumniado de los sacerdotes y de los reyes, ven que te estreche sobre mi pecho.
Hace mucho tiempo que tú me conoces y yo también te conozco. Tus obras, ¡oh bendito de mi corazón!, no siempre son ni buenas ni hermosas pero solamente ellas dan un sentido al universo y le impiden ser absurdo.
Dios es la hipocresía y la mentira. Dios es tiranía y miseria. Dios es el mal. Sólo tú, Satanás, ennobleces el trabajo y pones un sello a la virtud".
Resulta una plegaria de lo más consoladora, éste de
Pedro José (no confundir con Ramírez, hablo de Proudohn): Dios no existe pero el demonio sí, lo que no deja de ser curioso. Como curiosa resulta que con esta oración negra el bueno de Pierre desvele la razón última de todo comecuras:
el odio a Cristo que acaba convirtiéndose en entrega a Satán.
La verdad es que somos nosotros los que hacemos fuerte al
Nuevo Orden Mundial (NOM), que es lo que nos ocupa en el Siglo XXI. O debiera ocuparnos. Ya he dicho que sólo Satanás puede coordinar una operación tan global y con tantas imbricaciones como el NOM. Pero
también Satanás es un pobre desgraciado. Sólo puede herir al hombre cuando éste acepta el homicidio, en sus dos vertientes: asesinato o suicidio. Este último, el suicidio, le resulta especialmente querido. El objetivo del NOM es ese: destruir al hombre a través del propio hombre.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com