La recompensa por amar es el amor. No se ama para conseguir algo. Los místicos aseguran que la recompensa de amar es el amor mismo. Entender esto es una de las claves, no sólo de la vida espiritual, sino de la vida social.
Traducido: no busques ser consolado, sino consolar… y saldrás consolado
No se ama para obtener algo, ni tampoco para competir en amor. Se ama sin esperar recompensa y es entonces cuando llega la recompensa. Andamos en paradojas. Quien se da, se recibe; quien se otorga, se renueva; quien se vacía, se llena. El amor es la única fuerza que se opone a la energía, esa que ni se crea ni se destruye. Sí, el amor es valor añadido.
Traducido: no busques ser consolado, sino consolar... y saldrás consolado.