¡Ay de mi Sevilla que lo tiene todo! Jesús del Gran Poder le ofrece la fe y la caridad, Tú la esperanza. Para ser exactos, dice Manuel Machado, don Manuel, que “¡Ay de mi Sevilla, que lo tiene todo; cuando el Señor del Gran Poder le ofrece la Fe y la Caridad… Tú, la Esperanza!”.
Que no están los tiempos para perder el tiempo
O podemos acudir a José María Pemán, para mí el mejor poeta español del siglo XX, y mira que tenía competencia: “Virgen de la soledad, rendido en gozos vamos, en la rosa de tus manos, se ha muerto mi voluntad”. La puñetera voluntad orgullosa, que sólo rendirse puede en el abandono filial, es decir, en la mayor muestra de coraje que pueda ofrecer el hombre, la de vencerse a sí mismo, entregarse a Dios de la mano de la intercesora: “Señora, si tú quisieras, contigo le lloraría”.
Con Machado y Pemán: Señora, si tú quisieras, contigo le lloraría
España, tierra de María, tierra de soldados enrolados en el Ejército de la Emperatriz del Universo, ejército que aparece escuálido pero que acaba venciendo a las ingentes tropas del Maligno. No me gusta decir del mal, porque el mal sólo vive en los malignos y maliciosos, sean hombres o ángeles.
La esperanza es cosa de Santa María
En cualquier caso, es el momento de elegir: o dejarnos arrasar por la marea o combatir en el ejército de la Emperatriz. Ya no vale quedarse al margen.
Y hoy necesitamos antes que nada, esperanza
Que no están los tiempos para perder el tiempo.