Lo cuenta, y muy bien contado, Religión en Libertad. Ha muerto Mary Higgins Clark, la que muchos consideraban heredera de Agatha Christie. Como tuvo éxito, se oculta una y otra vez su condición de católica, la misma que ella jamás ocultó.
Ocultación entendible: si lo católico puede ser popular los progres se la pueden ver en figurillas para asentar lo políticamente correcto: lo que se puede decir y lo que no se puede decir... y lo que se puede pensar pero sólo en el recinto de tu conciencia y sin que se note. De otra forma, ¿como imponer el pensamiento único.
Las novelas de Higgins Clark demuestran un algo muy extraño: se puede hacer novela de suspense no sin recurrir, pero sí sin mostrar, ni sexo, ni violencia y, lo que es más importante, sin caer en el cinismo.