El País ha realizado un profuso análisis sobre las desventajas de que a los niños no se les enseñe educación sexual -o no se les enseñe lo suficiente-, naturalmente en los colegios: Así, el progre diario publica un artículo alertando sobre el hecho de que las infecciones de transmisión sexual se disparan entre los adolescentes, mientras la formación que reciben en colegios e institutos es desigual y, en general, pobre, avisan los expertos. No se lo van a creer pero, para El País. la educación sexual no consite en que a los adolescentes se les diga que no deben fornicar con el primero que encuentren. Todo lo contrario, deben refocilarse todo lo que puedan, darse a la cópula y al ayuntamiento todo lo posible... pero con preservativo.
Además, concluye que los menores consumen más porno mientras usan menos el condón. Y esto no puede ser.
Para que el lector entienda mejor de qué estamos hablando, el diario de PRISA usa como ejemplo un colegio concertado -nótese lo relevante de este dato-, una cooperativa situada en La Cañada (Valencia) donde chavales de 12 a 14 años asisten a una charla con contenido afectivo-sexual (quizás más sexual que afectivo). Ese que tanto le gusta a la ONU que conozcan los niños... y, aquí en España, también al Gobierno de la ministra Isabel Celáa, por ejemplo.
El País explica que los niños están muy atentos en clase porque dos orientadoras les están hablando, con ayuda del tutor, de las zonas erógenas y de los orgasmos. Esto sí que es un enseñanza valiosa y práctica. Además, les invitan a explorar su cuerpo en la intimidad. Vulgo que se hagan pajas.
Asimismo, subrayan la importancia de respetar el consentimiento, incluso una vez que la relación sexual ha empezado. Esto va por la ministra Irene Montero, para que vea que su papel es clave en la formación de las nuevas generaciones. Es decir, que El País pone como ejemplo a seguir el coitus interruptus y si, en mitad de la cosa, la chica dice que no, que no mola, no se entra en cómo se queda el susodicho.
Continúa la información: "los chavales les interrogan, por ejemplo: “¿Cómo se llama el sexo oral cuando es a una mujer?”. Esto es extraordinariamente relevante.Varios chicos y una chica responden a la pregunta de qué sienten al excitarse. Observan láminas y dos vídeos de dibujos animados sobre las distintas partes y formas de vulvas y penes. Se pasan de mano en mano reproducciones de ambos y de un pequeño clítoris". En este momento, las orientadoras se disculpan porque la vulva y el pene son juguetes sexuales poco representativos, dicen, pero no han encontrado nada mejor en el mercado. No pasa nada porque el tutor -que tiene un papel clave- explica que ya se ha descargado un archivo para crear en una impresora 3D un clítoris de mayor tamaño. Avanzamos en la modernidad 3D. Y que también imprimirá varios penes para que en el próximo taller, en el que aprenderán a ponerse preservativos -actividad compleja-, no tengan que estar turnándose con el mismo, que resulta poco higiénico.
Con el Covid, los besos no son aconsejables, pero las pajas sí
Ahora -apunta el artículo- la clase llega a la parte de comentar las situaciones “incómodas”. Pregunta la orientadora:
—Imaginaos que estáis en vuestra habitación masturbándoos y entra vuestra madre o vuestro padre y os pilla. Qué situación, ¿no? ¿Qué hacéis?
Tres alumnos responden:
—Reflejos.
—Me voy de casa.
—Te pones los pantalones.
Y cuando las expertas preguntan a los alumnos qué han aprendido. alguno responden:
—Yo no sabía que la mayor parte del clítoris no se ve y mide 10 centímetros, responde una de las chicas.
—Yo no sabía que se podían hacer tantas cosas, comenta uno de sus compañeros.
El Pais, en su exhaustivo análisis también ha reservado un espacio para poner en solfa que hay centros, sobre todo religiosos, que ni siquiera imparten esas nociones básicas, admite Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas, la mayor patronal de la concertada. Y eso está muy mal. La escuela católica está obligada a impartir educación sexual a sus alumnos. Por ejemplo, debe enseñarles que el sexo es una actividad fisiológica y reproductiva en todas las especies animales pero que en la única especie racional no puede separarse el sexo del amor y el mutuo auxilio pues, de otra forma, se destruyen el amor y el sexo. Así que muy mal por la escuela católica si no imparte esta educación sexual que, además, sí es afectiva.
Save de Children está muy preocupada por la escasa educación sexual que reciben los niños. ¿A qué niños intentan salvar estos tíos?
Sigamos: un 15% del alumnado asegura no haber recibido ni una hora de educación sexual -¡pobres alumnos!- según una encuesta publicada en noviembre por Save the Children. Pero no hay de qué preocuparse, la nueva ley educativa de la señora Celáa apuesta por ampliar la formación en la materia, aunque las decisiones seguirán estando en manos de las comunidades autónomas y los centros. Y mientras tanto -vuelve a alertar El País- las estadísticas emiten señales de alarma. El uso del preservativo entre los adolescentes ha caído ocho puntos desde 2002. Solo el 75,4% dijo haber usado condón en su última relación coital en el Estudio sobre las Conductas Saludables de Jóvenes Escolarizados, que el Ministerio de Sanidad publica cuatrienalmente y cuya edición más reciente es de 2018. Las tasas de infecciones de transmisión sexual han subido a un ritmo alarmante en cuatro años entre los chavales de 15 a 19 años. La de la sífilis ha crecido un 54%, hasta alcanzar una tasa de 5,7 casos por cada 100.000 habitantes. La del gonococo un 160%, llegando a una tasa de 33 casos. Y la de la clamidia un 243%, alcanzando una tasa de 70 casos. El acceso a la pornografía es, al mismo tiempo, cada vez más frecuente y precoz: un tercio empieza a verla antes de los 13 años, lo que según los expertos alimenta falsas creencias y estereotipos negativos. Durex, tienes que hacer algo. Más campañas para promocionar tus productos. ¡Ah! y para todo tipo de parejas, que la última vez no incluiste a los trans. Y eso no es igualdad.
Cuanta más pornografía menos gomas: no hay que ver hay que hacer
Para terminar, el diario recoge que los programas escolares más extendidos se centran en las enfermedades y los embarazos no deseados, lo que muchos especialistas creen que se queda corto. “Prevenir los riesgos es muy importante, hay que hacerlo, pero es la parte más fea de la sexualidad”, dice la sexóloga Bárbara Sáenz, que da charlas en colegios e institutos de La Rioja con la consultoría Serise. Serise, Servicio de Sexología de la comunidad gobernada por el PSOE que imparte charlas a alumnos de Infantil y Primaria (3 a 12 años) para enseñarles, por ejemplo, a chupar genitales.
Sáenz continúa su explicación: “En nuestros programas tratamos también de promover hábitos saludables y responsables, porque si solo se focaliza en los riesgos tampoco se les da mucha alternativa. Y hay prácticas que no tienen riesgo y pueden vivir de manera satisfactoria, como puede ser la masturbación o los besos, aunque ahora con la pandemia haya que tener cuidado con ellos”. ¡Menos mal!, prudencia ante la pandemia. Eso sí que es importante.