Las personas, los españoles, necesitamos que nos duela el amor. Al parecer, de otra forma no lo valoramos. Y el abotargamiento actual no presagia nada bueno.
A lo mejor necesitamos una guerra. Por de pronto, la crisis económica ha tenido unos cuantos efectos positivos: no es la bonanza que nos hizo olvidar la noción misma del bien, por no hablar de nuestro olvido de Cristo.
Insisto, la crisis nos ha hecho valorar la sobreabundancia que poseíamos y ahora, para poder sentir el amor, sin el cual no podemos vivir, necesitamos que nos duela, que nos cueste conseguir ese amor, que no se nos dé gratis. De otra forma, lo despreciaremos.
Eulogio López
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