- O sea, un desastre. Y Daniel Ortega se quitó la careta.
- El progresismo occidental se volcó a favor del sandinismo nicaragüense y contra el imperialismo.
- Y ahí tienen los resultados: impunidad y rapiña.
- Moralejas extraídas del fenómeno sandinista:
- 1.La Teología de la Liberación no debe ser controlada, debe ser extirpada.
- 2.Las tiranías más peligrosas son las que se perpetran en nombre de la moral y la justicia.
- ¡Anda, igualito que Podemos!
Elecciones en Nicaragua. Durante una década,
los sandinistas nicaragüenses se convirtieron en el ejemplo señero de la
Teología de la Liberación: un pueblo luchando contra la plutocracia, con sacerdotes-ministros y escritores-vicepresidentes. Todo muy cultural y muy cultual: ¡Ay madre!
Juan Pablo II tuvo que pasar por el calvario de Ortega, donde los muy católicos sandinistas de la Iglesia popular,
sabotearon la Eucaristía hasta la profanación y donde, con su valentía habitual, el
Papa polaco abroncó a un cura-ministro, especialmente hipócrita, que había convertido a Cristo en un instrumento político y que
en nada se arrepintió de su carrera política.
Eran los mismos tiempos en los que la progresía occidental se volcó en apoyo del sandinismo y éste acabó demostrando lo que era:
tiranía, burla de la democracia, utilización política de la fe, impunidad y rapiña, mucha rapiña.
Y ahí le tienen, como
Evo Morales en Bolivia y Maduro en Venezuela: intentando crear un nuevo castrismo, no porque alaben el sistema castrista, sino
porque han sabido perpetuarse en el poder a costa de convertirse en homicidas. Y los sandinistas lo están consiguiendo.
Ortega fue acusado de violación incestuosa por su hija, pero da lo mismo: cuando sopla el viento de popa, los tiranos no necesitan caretas y tienden a la impunidad y al pucherazo. Mismamente como en Nicaragua. O como en el pisito de
Ramón Espinar, vaya que sí.
Moralejas del sandinismo nicaragüense. Por lo menos, dos moralejas:
1.La Teología de la Liberación no debe ser controlada, debe ser extirpada.
2.Las tiranías más peligrosas son las que se perpetran en nombre de la moral y la justicia.
¡Anda, igualito que Podemos!
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com