• Es el producto de un proceso de injusto contra el varón y de una ley injusta contra el varón.
  • Pero, sobre todo, es la consecuencia de confundir amor con sexo y de no entender qué es el matrimonio… ni el amor.
  • Todavía hay algo más tonto que un obrero de derechas: un varón feminista.
  • Media humanidad está en guerra contra la otra media. Esto marcha.
La secretaria de Estado de Igualdad, Susana Camarero (en la imagen), implora que hoy es "un día triste" porque cuatro mujeres han muerto por "violencia de género". De género masculino, claro está. El ministro de Sanidad del Gobierno Rajoy, el jefe de Susana, esto es, Alfonso Alonso, quiere ejercer de feministo y la verdad es que no le sale muy bien. Entre otras cosas, porque nadie le va a creer, sobre todo las feministas. Lo que quiero decirles es tan duro como esto: ¿Se reducirán el número de mujeres muertas a manos de sus parejas? No, aumentará. Y cuanto más se presione al varón, peor. Por dos razones: se trata de un proceso injusto y se trata de una ley injusta y, de postre, no sabemos de qué estamos hablando. 1.Existe la violencia machista y la violencia feminista. El hombre no siempre es el malo ni la mujer siempre es la buena, pero hay muchas mujeres que les ha interesado creerlo y muchos feministos que se lo creen, porque todavía hay algo más tonto que un obrero de derechas: un varón feminista. Y el ser humano se rebela antes contra la injusticia que contra la mentira. Lo único que ocurre es que cuando se pierde el cariño, cada sexo echa mano de sus armas- el hombre de su fuerza física, que es donde puede ganar-. Pero, por ejemplo, en el aborto es la mujer quien utiliza su mayor poder frente a su hijo y ordena matarlo. Otra injusticia, alimentada por el tópico y la propaganda feminista, consiste en asegurar que es la mujer la que decide cuántos hijos tiene el matrimonio y cómo se les educa. Es decir, convertir al hombre en un mero semental, un papel que sólo aceptan idiotas rijosos y rijosos idiotas. 2.Pasando de lo general a lo particular, resulta que la Ley contra la Violencia de Género, que aprobaron PSOE y PP, es radicalmente injusta. Es una ley feminista echa para masacrar al varón: quien puede entrar en la cárcel sólo por una acusación de su pareja y sin diligencia policial alguna. Una ley que llevaba la firma del ministro de Justicia de Zapatero, López Aguilar, quien fue víctima de una denuncia falsa de su esposa. Y claro que la mayor parte de las denuncias por malos tratos son falsas. Por tanto, si nos hemos olvidado del amor, es decir, de los compromisos y la entrega que debe regir la vida de un matrimonio, si el amor es algo pasajero que se confunde con el enamoramiento, dentro de ese cursilísimo empeño en considerar los sentimientos como la cúspide de la razón humana, si el amor ese eso que empieza en la cama, si etc., etc., etc., ¿por qué nos extrañamos de que haya más mujeres muertas? Por cierto, ¿qué hacen los políticos al respecto? Promete más endurecimiento de las normas legales. Es decir, mas injusticia contra el varón. Pues es así de triste pero también de lógico: habrá más muertes. Mientas tanto, seguimos en la más estúpida de todas las guerras modernas: la guerra de media humanidad contra la otra media. Eulogio López eulogio@hispanidad.com