Contábamos ayer cómo, con la excusa del coronavirus, la policía está irrumpiendo en las iglesias e interrumpiendo el Santo Sacrificio de la misa… en celebraciones eucarísticas que no vulneran las normas del estado de alarma.
Insistimos: una misa pública no rompe el confinamiento decretado por el Gobierno Sánchez mientras se guarde la distancia ‘social’ entre los fieles que se estima en, como mínimo, un metro. En España ha sido los propios obispos quienes han prohibido las eucaristías públicas. Que se prohíba una procesión puede entenderse, pero un misa con los feligreses convenientemente separados, ¿por qué razón? Y una Eucaristía es más importante para la supervivencia que todas las procesiones del mundo, aunque atraigan menos gasto turístico.
Urge dar el alimento de la comunión a los fieles, porque se multiplican las irrupciones de la policía en las misas
Ahora bien, si son los propios obispos quienes prohíben el santo sacrificio, sin el que la Iglesia, y el mundo, languidecen, entonces la autoridad civil española, furiosamente cristófoba en la actualidad, dirá aquello de “a bodas me convidan”.
En resumen, los obispos españoles deben reanudar las eucaristías públicas, especialmente en tiempo de cuaresma. Y si habitualmente sólo se ofician los misterios del Jueves Santo y del Viernes Santo una vez en cada parroquia… pues este año háganse tantos como se pueda: diez seguidos si fuera posible. Esa es la mano que deberían abrir los prelados: que los curas oficien las veces que hagan falta de todo extraordinario. Que desfallezcan oficiando la Eucaristía y condenando a los fieles.
Y lo mismo que decir respecto las vigilias de Resurrección y las misas del domingo próximo, la fiesta más importante de la cristiandad.
Ojo, el estado de alarma no prohíbe las misas públicas ni cierra las iglesias: es la policía, en esta España tiránica, la que se permite estas ‘licencias’. Logico
Insisto. La Eucaristía es sacrificio y banquete, sacramento y alimento. Renunciar a la Santa Misa y a la confesión es acelerar la gran tribulación.
Los obispos deberían reanudar las eucaristías aunque eso les lleve a un enfrentamiento con el Gobierno… que se va a producir antes o después. ¿A qué esperan para rectificar?