Una sociedad enteramente homosexual significaría el fin de la raza humana. Un pequeño detalle del peligro que no conviene olvidar, dado que el antinatalismo reinante en Occidente, una sociedad fofa, sin fuelle sin vitalidad, mortecina. Y no sólo eso: antes podíamos catalogar de falsos los porcentajes de homosexuales que anunciaba al lobby gay. Ahora me los creo. En efecto, la atmósfera dominante está forjando una generación estilo Sodoma-Gomorra.
Pero aunque no se llegue hasta ahí, al crecimiento cero y al odio a la vida que la homosexualidad lleva en su interior, el problema de la sodomía imperante y ejercitante no es moco de pavo. La atmósfera sodomita que reina en Occidente se ha convertido en una inquisición gay, que exige no sólo respeto, sino sumisión y subvenciones públicas sin límite, además de conculcar la libertad de expresión. No, los homosexuales no son víctimas, son verdugos.
Con la sodomía habita una aversión natural a engendrar… ese es el problema. Occidente se está sodomizando. Por tanto, Occidente se está autodestruyendo.Eulogio López
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