La Operación Borrell, adelantada por Hispanidad, sigue viva pero sus promotores -entre ellos los expresidentes Felipe González y José María Aznar, no han conseguido que el Rey Felipe VI les escuche aunque ambos están convencidos de que el Monarca se está jugando… la Monarquía.
Fuentes próximas a Aznar aseguraban que Felipe VI parece sentir “síndrome de Estocolmo" respecto a Moncloa. La tensión es máxima entre ambas casas pero Sánchez continúa formando su Frente Popular, con un Iglesias crecido que ya quiere la III República, mientras el Monarca calla… y el que calla, otorga.
Al final, podemos tener un Frente Popular con socialistas, comunistas y separatistas, con un Sánchez jugando ya el papel de jefe del Estado, marcando tiempos, citas y acuerdos. Una situación de emergencia a la que tampoco responde el rey emérito Juan Carlos I, y que exigiría que el jefe del Estado atendiera las reclamaciones de los expresidentes y encargara -o al menos amenazara a Sánchez con ello- la formación de Gobierno a un personaje, Borrell u otro miembro del PSOE con dos dedos de frente, para pararle los pies a los nacionalistas y lo que lleva camino de convertir a España en una monarquía bolivariana, además de provocar un enfrentamiento civil.
Algunos monárquicos acuden a SM Juan Carlos I para que haga reflexionar a su hijo, pero el rey emérito se niega a intervenir… y no tiene contacto con Pedro Sánchez
Pero Felipe VI calla.
Lo más patético es que algunos monárquicos están acudiendo a SM Juan Carlos I para que haga reflexionar a su hijo, pero el rey emérito se niega a intervenir… y no tiene contacto con Pedro Sánchez. Y así, entre todos la mataron y ella sóla se murió.
Se me olvidaba, el ministro José Lusi Ábalos prestó oídos a la Operación Borrell… y eso le ha valido su condena. Sánchez ha condenado a Ábalos… aunque no todavía le necesita. La noche electoral, Ábalos dudó, abrió la puerta a la razón… y nuestro líder, el hombre de Moncloa, no admite dudas: exige adhesión inquebrantable. Ábalos está condenado.