Nueva metamorfosis de Pablo Iglesias: Rompe con los anticapitalistas porque son muy rojos. Ahora resulta que son “proyectos políticos distintos”, aunque las señas de identidad de Iglesias y Teresa Rodríguez son las mismas: feminismo, ecologismo, nacionalismo. Lo de la dictadura del proletariado ya no se lo cree nadie por una razón: apenas quedan proletarios. Los proletarios de hoy son los funcionarios, cuyo único patrón es el Estado.
Iglesias empezó con los perroflautas y terminó en Moncloa. Ahora está en Moncloa y no quiere volver a los perroflautas. Pero mantiene su leyenda de luchador por los pobres. No se sabe si él se lo cree pero alguien se lo debe haber creído.
Un camaleón en toda regla: empezó en el 15-M y acaba en el capitalismo de Estado con banca pública incluida.
Ya no le gustan las masas, sino los cuadros. O sea, la casa que denunciaba.
De populista bolivariano a ONG en el Gobierno. Todo un camaleón, pero, si se fijan bien, el cambio sólo ha sido en el color de la piel. Antes como ahora ha buscado el dinero de los demás.
Y no le va mal.