El líder de Podemos, Pablo Iglesias, continúa enriqueciendo el léxico español. Nueva edición del diccionario de la RAE con nuevas incorporaciones como zasca -Iglesias y Sánchez son los que reciben más palos en las redes sociales- y casoplón, palabra que se ha repetido en progresión geométrica desde que el protector de los pobres y líder podemita ofreciera un ejemplo señero -qué digo, un modelo- de cómo salir de la miseria, al adquirir, y baratico su casoplón de Galapagar.
Y esto es bello e instructivo porque nos enseña cuestiones enjundiosas como, por ejemplo, que no es lo mismo ser rico que vivir como un rico (distinción que hiciera famosa en Madrid el lamento de la mujer de un conocido banquero: “que no Pepe, que vivimos como millonarios pero no somos millonarios”).
Ejemplo: Pablo Iglesias y Pedro Sánchez no son ricos: sólo viven como ricos, con cargo al dinero de los demás.
Constituyen el arquetipo del famoso dinero público, ese que es nuestro pero que administran a conveniencia nuestros representantes políticos
Constituyen el arquetipo del famoso dinero público, ese que es nuestro pero que administran a conveniencia nuestros representantes políticos. El uno vive en un casoplón y el otro viaja en Falcon a los conciertos pero según su declaración de renta no se les puede calificar como multimillonarios. No son ricos, pero viven como ricos.
Por cierto, Pedro Sánchez también ha colaborado en el enriquecimiento del DRAE, que acaba de incorporar el vocablo “sieso”.
No, sieso no es chulo, sólo significa persona antipática, desagradable, desabrida. La Academia no ha incorporado el término ‘chulo’ porque ya figura desde tiempo inmemorial. Y con nueve acepciones. Y miren por dónde, esta misma mañana, el presidente en funciones, en conversación con Antonio Ferreras y en referencia a su ligera metedura del pata sobre la independencia del Ministerio Fiscal, pronmunció una frase para la historia: "Hay que ser humilde". Y así: Sánchez lleva 30 años intentando ser humilde y, al fin, lo ha conseguido.