El País nos ha felicitado la Navidad a los católicos con un articulo de Juan Arias que podríamos calificar como una enmienda a la totalidad.
Como todo artículo progre, carece de respuestas, o sea, no sirve para nada, pero se infiere de sus preguntas las respuesta a las que propende. Ejemplo: ¿existió realmente Jesucristo?”. Y así con el resto, conjunto de interrogantes que entran en contradicción con la premisa.
Pero eso poco importa cuando se trata de fastidiar al católico en estas entrañables fiestas de Navidad. Y así, otra preguntita: ¿podemos saber si una sola de las palabras que se le atribuyen es cierta?
Los ataques a la Divinidad de Jesucristo y, sobre todo, a su existencia histórica son tan primarios, tan vulgares, que cada vez que los escucho me ratifican en la fe
Juan Arias, cómo no, excura, pertenece al club de ateos a los que Dios se ha aparecido para, muy solemnemente, asegurarles que Él no existe.
No aporta pruebas pero sí sospechas -naturalmente científicas- que demuestran que el cristianismo es un embuste ferocísimo, estafa gigantesca que, finalmente, ha sido desvelada. Por Juan Arias, mismamente.
Y, ante este tipo de demostraciones, naturalmente científicas, como creo haber dicho antes, siempre me hago el mismo planeamiento: los ataques a la Divinidad de Jesucristo y sobre todo, a su existencia histórica son tan totales, tan bestiales, tan primarios, tan vulgares, que cada vez que los escucho me ratifican en la fe.
Porque verán, ¿cómo es posible que un engaño se mantenga a través de los siglos, por millones de personas y decenas de civilizaciones, y, sobre todo, como es posible que aumente el número de estafados con el tiempo?. Eso no ha ocurrido con ninguna otra mentira histórica, que generalmente se diluyen en media generación.
Si el cristianismo fuera una invención se habría diluido en media generación… como el resto de embustes a lo largo de la Historia
¿Documentación? Por ejemplo, sobre las obra de Homero, Aristóteles o Platón, apenas contamos con una millar de copias, en su conjunto, que empezaron a encontrarse en el siglo X. Por el contario, del Nuevo Testamento contamos con cerca de 50.000 documentos, y una décima parte en lenguas originales con dos millares de copias casi coetáneas con el original.
Pero todo esto son futesas, comparadas con la sabiduría milenaria, y científica, de nuestro excura. Juan Arias nos revela, 21 siglos después, que no sólo se ha interpretado mal a Cristo sino que, sencillamente Cristo nunca existió, nunca dijo nada de lo que dijo y, probablemente se trata de ‘fake news’ que Newtral y Maldita.es están a punto de descubrir.
Negar la existencia de Jesús de Nazaret es como negar la existencia de Alejandro Magno o de Julio César. Pero es igual: el diario El País dá pábulo a Juan Arias porque le viene bien insultar al cristiano en Navidad.
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