Lo explica muy bien Ok Diario y tengo que decir que en mi querida tierra astur no cabe un tonto más. Bueno cabe el presidente, el socialista Adrián Barbón, quien ha perseguido más que gobernado, a los asturianos durante la pandemia.
Es el mismo presidente que ahora introduce por la fuerza el bable en el Parlamento asturiano.
El bable de mi Oviedo natal no es una lengua, es un dialecto con algunos modismos (el más importante, ‘patates’ en lugar de patatas, esto es funamental) que a mí me siguen resultando graciosos porque lo he vivido desde la niñez pero no pretende elevarlo a la categoría de idioma oficial. ¡Con lo caro que resulta eso!
De pequeño me enseñaron a valorar el habla de los castellanos.
Babel no empezó en el Bable pero corremos el riesgo de que termine en él. Con pena lo digo: en mi querida Asturias natal no cabe un tonto más.
Con la lengua no se juega. Los expertos en migración, más allá de la demagogia que siempre acompaña a este asunto, aseguran que para que una persona se integre en la sociedad que le acoge hay dos factores clave: la fe y la lengua. Cuando ambas son compartidas, no hay ningún problema pero si no…
‘Parez mentira pa ti, oh!