- El despido tiene que ser libre, hay que reducir las cuotas y hay que subir los salarios bajos.
- Y si el salario bajo no es digno, muchos se apuntarán a la picaresca.
- El momento para subir el SMI es este: en tiempo de inflación baja.
Lo explica el economista
Ángel de la Fuente (
en la imagen), director ejecutivo de la Fundación Fedea. Durante los últimos 40 años la tasa media de paro en España fue del 16%, 10 puntos por encima de la media de la OCDE. Y con la pérdida de empleo, es decir, lo mismo visto desde otro ángulo: vayan las cosas bien o vayan mal España tiene un mal endémico llamado desempleo. Es como si fuera un país adicto al paro.
Dejemos ahora a un lado el hecho de si la especificidad española sólo oculta una economía sumergida disparada. En parte será cierto, pero no puede justificar toda la diferencia. Ni mucho menos.
No, lo que asombra es que, al igual que Ángel de la Fuente, todo el mundo tiene cada día más claro qué es lo que ocurre y cuál es la solución al paro pero nadie se atreve a decirlo en voz alta porque no es políticamente correcto. Lo van soltando, por migajas, y todo en la misma dirección.
A ver, para acabar con el paro lo ideal es la
combinación de despido libre, impuestos laborales bajos y salarios dignos.
Despido libre suprimiendo la causalidad, porque el empresario no es un ser malísimo que disfruta expulsando trabajadores. Eso sí, con indemnización pactada de antemano, en el momento de la firma del contrato, para quien todo el mundo sepa a qué atenerse. Y sólo un contrato, fijo. Ni los cuatro a los que se redujo el elenco con la reforma laboral de Fátima Báñez ni los tres que propone el PSOE de Pedro Sánchez 'Maravillas'. Uno indefinido. Es una mera cuestión psicológica con despido libre pero es lo más justo.
Segundo: reducir los impuestos laborales. De la Fuente apenas se atreve a hablar de Cuotas por IVA pero eso es de lo que habla. Reducir las cuotas y sustituirlas por impuestos indirectos. Se negó a hacerlo el PP de Rajoy y ahí ha fracasado.
Por último, y esto es lo que más se olvida: al trabajador hay que compensarle el despido libre, que es justo, con un salario digno. Un salario mínimo que debería elevarse de los 750 euros actuales hasta los 1.000 euros brutos por una jornada de 40 horas semanales. Entre otras cosas porque si el salario bajo no es digno, muchos se apuntarán a la picaresca.
Es el momento de hablar claro del paro para perder el miedo a contratar y a convertirse en autónomo o cuentapropista. Y si no, maldición histórica al canto.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com