El viejo aforismo de nuestras madres: o te ajamonas o te amojamas. O rebosante o agrietada. Se referían con ello al proceso de envejecimiento, que tanto horror ha provocado siempre en la mujer, algo que causa horror a una sociedad, tanto ellos como ellas, que rinde culto al cuerpo y que, en lugar de buscar una buena vida, busca un supervivencia larga. Recuerden: los médicos no nos han alargado la vida, nos han alargado la vejez. Pero la alternativa es la misma: o te ajamonas o te amojamas.
El miedo siempre tiene un coste: en la mente y en el alma
En este punto, el feminismo ha colocado a la mujer justo donde la quería el machismo: en una cuestión plástica, en instrumento de uso, que sólo sirve hasta que te ajamonas o te amojamas. Ahora se tiende a lo segundo.
El feminismo ha colocado a la mujer justo donde la quería el machismo: en una cuestión plástica, en instrumento de uso, que solo sirve hasta que te ajamonas o te amojamas.
A lo que podría añadirse algo más: el miedo a envejecer ha sido sustituido por el miedo a la muerte. El Covid tiene la culpa pero no olviden que el miedo siempre deja secuelas psíquicas.
Esta sociedad ya está pagando el miedo a envejecer y pagará muy caro el miedo a la muerte provocado por el virus. De hecho, ya lo está pagando en forma de neurosis, todo el mundo parece chiflado, y de mala leche.