• Ni tan siquiera sabemos si le bastaría la retirada de Rajoy para apoyar un Gobierno del PP.
  • Sólo sabemos que no lo apoyará.
  • El secretario general del PSOE no tiene amigos: los que han trabajado con él le huyen.
  • Su escasa cabeza sólo da para progresismo: abajo los curas y arriba las faldas.
  • Es decir, homicidio y cristofobia.
El problema de Pedro Sánchez (en la imagen) es que no se sabe lo que quiere. Por ejemplo: si Mariano Rajoy se apartara del liderazgo del PP como hizo Artur Mas frente a la CUP, ¿el PSOE permitiría que gobernara el PP? No lo sabemos pero el caso es que no lo ha dicho. Lo único que dice Sánchez es que no. No, a la coalición de Gobierno, no a la investidura, no a aprobar los Presupuestos, no a todo. Sabe perfectamente que Rajoy no puede contar con sus afines de la antigua Convergència porque le ocurre lo mismo que a él, que necesitaría a ERC y a Podemos, y estos son independentistas (sí, también Podemos) y el PSOE no puede aceptar eso. No, los problemas de Sánchez son tres: corazón vacío, cabeza escasa y soberbia infinita. Si tendrá el corazón vacío que es un tipo sin amigos, incapaz de ofrecer algo aunque sí de exigirlo todo. Utiliza a los demás como escala para medrar. Los que han trabajado con él le huyen. Su escasa cabeza no da más que para el progresismo. Ya saben: abajo los curas y arriba las faldas. Al igual que Pablo Iglesias, su verborrea no conoce fin pero es siempre para vender el caca-culo-pedo-pis de los progres: aborto, divorcio exprés, homomonio, Dios fuera de la escuela y los cristianos fuera de la sociedad. Es decir, homicidio y cristofobia. El chaval no da para más. Pero, eso sí, su soberbia tampoco conoce límites. No escucha a nadie ni en su propio partido, aunque en este punto puede tener algo de razón, porque en su partido tampoco creen en él. Sólo le defienden, numantinamente, los socialistas con cargo. Natural; saben que si se distancian de él, ya mismo, perderán el cargo. Este es el segundo político del país. Eulogio López eulogio@hispanidad.com