Asombra el grandísimo parecido, dos almas gemelas de Pedro Sánchez y Mario Conde. Ambos se convirtieron en estrellas rutilantes, enviados por los jóvenes… justo antes -en el caso de Conde- de estrellarse y acabar en la cárcel. Sánchez, por el momento, no tiene peligro de acabar en prisión pero todo se andará.
¿Se acuerdan de cuando Mario Conde hablaba de la necesidad de regenerar España desde la sociedad Civil? Pues ahora Pedro Sánchez hace lo propio desde la ideología de género.
¿Recuerdan cuando Mario Conde, desde Banesto, hablaba de regenerar España?
Los dos carecen de principio moral alguno. Por eso se inventan contravalores: Conde el de la sociedad civil que emerge -con el al frente, naturalmente, como presidente del Gobierno- y Conde el de la ideología de género, porque es todo un feministo y un entusiasta de la ideología de género. Y ambos consideran que solo los imbéciles creen en valores.
Los dos son económicos con la verdad y ambos tienen una tendencia irresistible al fraude. Conde defraudó a todos con un Banesto de papel, que sólo era un trampolín para su propio enaltecimiento, mientras Pedro Sánchez ha pasado, en tan sólo seis meses, de considerar a Podemos el peor enemigo de la estabilidad política a ser su tabla de salvación, ante la Operación Borrell. Y los independentistas, según depende para su propia supervivencia, pasarán de amigos a enemigos. Ha mentido sabe que se ha creído sus propios mentiras. Como Mario Conde, un fraude total.
La gran mentira de Pedro Sánchez es la ideología de género
La impostura de Conde le llevó a prisión. Por ahora, Pedro Sánchez está en la cresta de la ola. El uno se acogió a la sociedad civil, el otro a la ideología de género. Pero lo que importa, en ambos personajes, nunca es el instrumento elegido, lo que importa son los días que están en la cumbre: cuantos más, mejor.