- El diálogo es importante, con tal de que no se convierta en un diálogo de besugos.
- Es lo que ha practicado Sánchez en Cataluña.
- Dialogar no puede consistir en repetir las mismas discrepancias. Para eso, mejor dos monólogos.
Pedro Sánchez (
en la imagen) es un hombre que dice en cada lugar aquello que se espera va a decir Pedro Sánchez. Es decir, un tipo previsible.
Se ha ido a Cataluña, se ha entrevistado con
Puigdemont porque es un hombre de diálogo. Pero si uno se le aproxima se da cuenta de la tendencia imparable de Sánchez hacia el diálogo de besugos.
Ejemplo:
su policía en Cataluña, que se ha puesto de manifiesto en su reciente viaje a Barcelona.
Su historia con el Principado no es como para tirar cohetes. Empezó permitiendo que el PSC pactara con los ultras de la CUP del ayuntamiento de Badalona, uno de los más importantes de toda Cataluña.
Ahora le vemos pidiendo una
reforma constitucional hacia una España Federal en la que todos seamos iguales. Pero hombre, muchacho, que eso es, precisamente, lo que quieren los nacionalistas: ellos quieren ser distintos, no iguales en la 'diversidad'.
"
No compartimos la hoja de ruta de la Generalitat, creemos que hay catalanes y catalanas que no quieren la independencia". Y también "porque es ilegal".
Mire usted
si es ilegal puede ser legal. En eso consiste la política, en cambiar las leyes. En segundo lugar,
usted no debe desear que Cataluña no se independice porque haya catalanes, y hasta catalanas, qué cosas, que no quieran la independencia. No debe querer la independencia de Cataluña porque usted se sienta español y no quieren que le arrebaten una parte de lo que es suyo. Y si no, no me sirve. Usted es, o debería ser, una persona,
con convicciones y respetuosa con las convicciones de los demás.
De otra forma, cae usted en el aquello de la "
relación de Cataluña con el conjunto del Estado español". ¿Qué Estado español? Será España, ¿no?
Todo por no hablar claro y estar pendiente es agradar a todos y de guardar rencor a quien no le hace caso. Mire usted señor Sánchez,
lo que necesita decir en Cataluña es algo tan sencillo como esto. "Me gustan los catalanes pero detesto a los nacionalistas". ¿A que resulta sencillo?
Pero
eso no es lo peor del secretario general del PSOE y me temo que futuro presidente del Gobierno de España. El problema de
Pedro Sánchez es que es un rencoroso. Un hombre perpetuamente resentido, lo que no deja de constituir la pasión más venenosa del ser humano, la pasión más tremenda.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com