La raíz de la depresión, enfermedad matriz de nuestro tiempo, es el egoísmo. No niego que factores químicos también influyen en ello -dado que el hombre es un anfibio de cuerpo y alma- pero sí que quien está pendiente de los demás, y no de sí mismo, jamás se deprime.
Siendo la tristeza la marca de nuestro tiempo, curiosamente en el mundo rico, ahíto, lo cierto es que la tristeza siempre implica concentración en uno mismo... y que veo muy pocos deprimidos, diría que ninguno, entre aquellos que viven para los demás.
Por algo será.