Para que luego digan que las redes sociales no son aprovechables. Observen ustedes lo que ha publicado alguien que sabe de lo que está hablando, del ritual masónico, horas después de perpetrado el vergonzoso funeral masónico al que se refería Hispanidad el pasado jueves 16 de julio, por más señas, festividad de la Virgen del Carmen.
HILO explicando la SIMBOLOGÍA MASÓNICA del #FuneralDeEstado pic.twitter.com/CD7ado82cF
— ?????????☠️??♰? (@Fachmanrev) July 16, 2020
Lo ocurrido ayer en la plaza de la Armería del Palacio Real demuestra el poder de la Masonería en la España de Felipe VI y Pedro Sánchez.
Porque no ha sido un funeral de Estado ni un homenaje a las víctimas del coronavirus, como pretende la inefable vicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo, a quien sufrir el coronavirus no le ha servido para mucho: ha vuelto por sus peores fueros.
Nunca los hijos de la viuda habían alcanzado tanto poder en las instituciones españolas
Se trató de un funeral masónico en toda regla: sin cruz pero con círculo. Y demuestra que jamás los hijos de la viuda habían alcanzado tanto poder en las instituciones españolas, ni tan siquiera durante la II República, como ahora, en la España de Felipe VI, ante un monarca que se deja llevar, con la Presidencia del Gobierno ocupada por un ególatra que, cual aprendiz de brujo, desata y colabora con fuerzas que no controla y que, como a una marioneta, le manejan a él.
Sánchez es un personaje pendiente del “mecachis, qué guapo soy”, dispuesto, eso sí, a matar con tal de permanecer en el cargo..
Eso sí, ahora hablamos del Nuevo Orden Mundial (NOM) que no de masonería, concepto que sigue en desgraciado vigor pero que reviste nueva formas
Eso sí, ahora hablemos del Nuevo Orden Mundial (NOM) que no de masonería clásica. Porque la masonería desgraciadamente no ha perdido comba pero en el siglo XX adquiere nuevas formas. En la era de la Gran Tribulación, en la que hace años que entramos, el ataque, naturalmente cristófobo, no llega por la vía de la conspiración sino por otra mucho más sutil: la del consenso, la de lo políticamente correcto. Ejemplo: habrá muchos que interpretarán esta demostración de simbología masónica en el homenaje a los fallecidos por el coronavirus, como una curiosidad interesante… y nada más. Al parecer, la fiera ha abierto sus fauces en nuestras mismas narices y muchos continúan pensando que no va con ellos. ¡Animalitos! (ellos y las fieras devoradoras).
Como diría el Gran Forges. ¡Allá yo!
Por cierto, el término de moda es neopaganismo. Lean estos dos artículos, del exministro Jorge Fernández, en La Razón y de Miquel Giménez, en Vozpopuli.