El reelegido presidente de Polonia, Andrzej Duda, no se arredra. Ha ganado las elecciones por la mínima pero ha sido reelegido. Toda Europa se la ha echado encima, España a la cabeza. Razón: ¿es un ultraderechista? No, es un católico y no se avergüenza de serlo.
Así que, tras su triunfo en las presidenciales, Duda viajó hasta el Santuario de Jasna Gora, donde se venera la imagen de la Patrona del país.
En otras palabras, a Duda le tilda de ultraderechista no porque sea un extremista peligroso, que no lo es, sino porque es crsitiano.
A los católicos se nos permite existir siempre que no pretendamos comportarnos como tales en la esfera pública. A eso no tenemos derecho, que no sería libertad sino inadmisible libertinaje. Si quieres amar a Cristo vale, pero hazlo en tu conciencia, no lo manifiestes en público ni mucho menos te atrevas a escribirlo. No es propio de un Estado aconfesional.
Y algo más; si eres católico no subirás en la escala social ni profesional.
Y si ya has subido y no hemos podido impedir el prestigio que hayas podido alcanzar en tu ámbito de cobertura, entonces, sintiéndolo mucho, no tenemos otro remedio que calificarte de ultra.
A la postre, 'ultra' será todo aquel que se atreva a discrepar de lo políticamente correcto.
Por cierto, Duda, como no es progre, se permite el lujo de hablar claro, Y dice que España está dominada por la tiranía LGTBI. A ver si va a tener algo de razón.